Las refugiadas 3 - Piratas - Relatos Eróticos

Las refugiadas 3 - Piratas

... medias!

—Y a medias te quedaras. No tienes permitido correrte desde ahora hasta que follemos. Ni siquiera masturbándote.

—Pero nos quedan quince días de viaje…

—O más. Y aún algunos adicionales para tener el análisis. Eso suponiendo que no tengas que regresar a Estados Unidos… si es así informaré a Wendy y Gene de tu nueva situación.

»En cuanto a ti —cambió a inglés para dirigirse a Edwin—, deja tu beligerancia a menos que quieras que todos tus compañeros vean el vídeo en el que te corres mientras te pisan los huevos.

»Arrodíllate y responde a mis preguntas.

Edwin se arrodilló.

—¿Para dónde son las armas? —preguntó Pedro—. Algún marinero que habla ruso ha dejado saber a Yaroslav que es habitual, pero ellos desembarcaron en Bombay para regresar a Rusia, como todos los viajes.

—Armas desembarcar en Colon. Antes entrar canal. Donde ir luego no sé.

—Dicen que el canal lo pasamos remolcados, ¿es así?

—No este canal. Panamá.

—Sí, ya pero en este canal vamos remolcados ¿no?

—Sí. Haber obras. Parte estrecha no poder funcionar motores.

—Bien. Te iras al final del barco en ese trozo y te lanzaras al agua. Dirás lo que quieras como excusa, pero no puedes decir nada que implique una retención al barco. Después viajaras a Neviđane, en Croacia. Allí hay un burdel y preguntaras por Nailantei Kilimo, es masái así que no será demasiada raro que la busques. Seguramente te dirán que se han ido. Si es así pregunta por Marusya Baatar y dile que quieres que te envíen con ellas, pero sin saber qué lugar es.

»Una vez llegues serás su esclavo de por vida. —Señaló a Minerva.

—¿Qué garantía tener? —preguntó Edwin.

—Ella es mi esclava. Así que si yo le digo que tú eres su esclavo lo serás. También otras esclavas mías te maltratarán hasta que te corras una y otra vez.

—Gracias amo.