-
Las refugiadas 3 - Piratas
Fecha: 07/03/2025, Categorías: Dominación / BDSM, Autor: JBWriter, Fuente: TodoRelatos
... hablarás cuando te dé permiso o para responder una pregunta directa. Y ahora levanta la cabeza. Dejaré sin tapar esa boca por qué espero que cumpla su misión de comecoños. Es más de comecoños sucios. Pero la vista del mío te la tendrás que ganar. Así que por ahora voy a tapar tus ojos. Él se dejó vendar los ojos. Minerva encendió la luz del contenedor. Pedro saco el móvil y pulsó grabar. Se volvió a subir encima de él, apoyó ambos tacones sobre su verga. Uno sobre el centro y el otro al nacimiento del prepucio. Sujetándose en la litera para mantener el equilibrio, elevó las puntas de los pies apoyándose únicamente en los tacones. Edwin jadeó. Cuando bajó de su polla a su abdomen esta se puso tiesa como un mástil. Minerva se acuclilló. —Ir con cuidado Ama. Muchas mujeres lesionar con polla. —Yo decido el ritmo —lo abroncó ella—, ¿entendido mierdecilla? ¡Silecio! —Él asintió con la cabeza—. Me he metido en mi coño una cárcel china en solo dos días. —Sus pelvis se tocaron. Respiró hondo y dejó que el orgasmo la atravesase. La lubricación de sus jugos la hizo bajar un par de centímetros más. Minerva notaba como su cérvix estaba abierta, dilatada al máximo y como su útero empujaba hacia arriba sus intestinos presionado por el invasor. Nada de la cárcel fue comparable a eso, salvo dos de los dildos con los que tuvo que follarse en el coche durante la vuelta—. Puedo con tú penecillo. Fuese por la presión de sus músculos, estirados al máximo, por sus leves ...
... movimientos que provocaban el roce de su útero con la sensible piel del prepucio o los insultos… el caso es que el keniata se corrió en apenas segundos dentro de ella. Minerva lo siguió con su segundo orgasmo. Cuando se recuperó se levantó tratando de evitar que gotease el semen que llenaba su coño. —Eres un mierda, come mierdas —lo insultó la mulata—, una basura de eyaculador precoz que apenas me ha dado tiempo a disfrutar. Se acuclilló en su boca y lo conminó a limpiarla mientras dejaba ir el semen acumulado. Después de una nueva corrida por la hábil lengua de Edwin relajó el esfínter y orinó en la boca del negro. El tragó todo. Se bajó y entre las piernas empezó a patearle los cojones y la verga, que al dejar de estar erecta caía entre las ingles. Empezó a levantársele y ella insistió en los golpes a los genitales que se habían hinchado bastante. Entonces decidió agarrarse a las dos literas y elevarse para bajar pisando ambos testículos. Edwin gritó y se corrió. —Mierda de negro, basura de eyaculador precoz —repitió el insulto Minerva—, incel al que le gusta machacársela más que un mono. Esta vez ni siquiera te he podido joder…. Pedro empezó a aplaudir. Minerva se giró hacia él y Edwin se quitó la venda que le cubría los ojos y se puso de pie en actitud amenazadora respecto a Pedro. —Ver ponerse de los nervios a la reina de hielo por el sexo no tiene precio —dijo Pedro en español—, pero has fracasado en tu misión y eso tiene un castigo. —¡Me ha dejado a ...