1. Las refugiadas 3 - Piratas


    Fecha: 07/03/2025, Categorías: Dominación / BDSM, Autor: JBWriter, Fuente: TodoRelatos

    ... salieron corriendo.
    
    El capitán se giró hacia Pedro.
    
    —Astuta maniobra. El pirata dice que no es un suboficial, sino un marinero y que no habla malayo, pero sí inglés. Los marineros corroboran la traducción del pirata.
    
    —Dígale al suboficial que le pida que repita lo dicho al pirata —pidió Pedro a Qing, después trasteó en el móvil.
    
    El pirata soltó una parrafada. En interprete dijo algo. Pedro miró la pantalla. Sonrió.
    
    —Bien, ahora a uno de los marineros.
    
    El marinero dijo algo que no pareció muy similar al suboficial. El pirata repitió lo mismo que había dicho antes y el móvil lo tradujo a texto en inglés. Pedro pidió a los cuatro que se apartasen pero no se alejasen. El propio suboficial tradujo al chino. Seis marineros traían a otros dos sujetos y forcejeando. Pedro les indicó que los pusieran en los extremos de las líneas más alejadas. Uno era un negro alto y de piel brillante oriundo de Kenia, el otro un coreano. Ambos miraron con pavor al cadáver en la silla.
    
    —Este hombre —dijo en inglés sin señalar a nadie—, os ha visto a uno de los dos decir al pirata que habla inglés que a bordo había mujeres. Según él, habitualmente, le informáis de cuando vais a pasar y de las mercancías que lleva el buque.
    
    »Ahora os identificará…
    
    El coreano se soltó de sus captores y corrió para atacar al pirata que no era el intérprete. Minerva disparó reventándole la cabeza cuando estaba a tres metros de él. A continuación se oyó un segundo disparo. Minerva había reventado ...
    ... la cabeza del interprete con la otra pistola.
    
    —Él no colaboró. Además, ¿a qué otro podía haber dicho el coreano que estábamos a bordo?
    
    En los siguientes días retuvieron al prisionero en uno de los contenedores mientras las mujeres y Yaroslav hacían vida en el otro. Muchos de los marineros chinos, por señas o usando al keniata como interprete solicitaban ser atados una hora o dos en la silla y que alguna de las mujeres les aplicase al «tortura». Lo pedían con risas y bromas, también pro alguna apuesta. Pero después de pasar por la experiencia de ser masturbados tres horas sin parar, en lo que además se turnaban varias mujeres, salvo Minerva y Alfilla, ninguno quiso repetir. Después de partir de Bombay, cuando ya hacía dos días que habían perdido el interés de «sentarse en la silla» el keniata se acercó a Minerva. Le entregó un pesado collar de oro de más de un kilo. Se arrodillo y le besó en las puntas de los zapatos de tacón. Después de la experiencia con los piratas siempre calzaba los zapatos de tacón de aguja metálica.
    
    —Llamar Edwin Odero y querer tú mujer fuerte someter… pero otros tacones no tacones matar. —Minerva rio—.Yo polla grande ofrecer a mujer fuerte. Tu quedas collar. Yo pedir perdón. Legua mía ser gikuyu. yo aprender inglés cuando huir aldea. Decir empleado puerto que Kamau Maina no ser nombre bueno y llamar Edwin Odero.
    
    Minerva alzó el pie dándole una patada en los labios pero sin fuerza.
    
    —No soy una puta a la que tengas que pagar.
    
    —Collar no ...
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