Taxista nocturno (Lo que cambió mi vida)
Fecha: 08/03/2025,
Categorías:
Incesto
Sexo con Maduras
Autor: Veronicca, Fuente: SexoSinTabues30
... violo y que ellas sufran por ello.
—No te preocupes por eso, porque todas estas son ya putitas de nacimiento, que disfrutan más de una polla que tu mujer, jaja. En cuanto estés con una, te darás cuenta de ello. Las más pequeñas empiezan haciendo pajas y a partir de ahí, todo lo demás
En eso me llegó un cliente y tuve que empezar el servicio, pero no podía quitarme de la cabeza todo lo que había escuchado y a la vuelta de dejar al cliente, parado en un semáforo, se me acercó a la ventanilla una niña trigueña como de 12 años, con un short cortito y ajustado, para venderme flores. Yo me quedé mirándola y todavía no sé cómo salieron esas palabras de mi boca, pero la dije:
—Te las compro todas si me dejas tocarte la chuchita.
Ella, como si ya estuviera acostumbrada a escuchar esas proposiciones, me dijo:
—Está bien, señor.
—Anda, sube —le dije, decidido y excitado.
Ella se subió al asiento delantero y tomé rumbo a algún lugar apartado donde estar tranquilos, mientras mis nervios me tenían temblando viendo los hermosos muslos de la cría, que abría las piernas despreocupada, marcándosele en la fina tela de los shortcitos la rajita de su coñito, lo que tenía a mi verga presionando para salir del pantalón.
Durante el trayecto le pregunté cómo se llamaba, a lo que me contestó con una sonrisa:
—Clarita, señor.
—Eres preciosa, Clarita. Y dime, ¿tienes muchos clientes?
—A veces sí, otras menos, pero tengo que conseguir plata.
—¿Para tu familia?
—Sí. ...
... Mi padrastro me lo controla para los gastos de la casa.
Hice una mueca de disgusto, porque el cabrón de su padrastro, además de follársela, se debía de estar quedando con la plata que ganaba la chamaca en las calles, pero supuse que era algo común en todas las niñas que merodeaban por allí.
Cuando llegué al lugar del que había oído hablar a mis compañeros, paré el taxi y le dije a Clarita que se bajara el short mientras yo miraba ansioso como descubría ante mí su deliciosa cuquita, abriendo ella las piernas de una forma tan obscena que me hizo turbar, para facilitar mi visión y poder empezar a acariciarla.
En medio de sus delgadas piernas de niña, su esplendorosa vagina entreabierta era una de las cosas más hermosas que había visto nunca. Me parecía perfecta, con unos finos vellitos que resaltaban sus tiernos labios rosados y cuando puse mis dedos en ella, sentí como una nueva descarga eléctrica sacudía mi cuerpo, quizás a causa del exceso de adrenalina que segregaba mi cerebro, así que empecé a pasar mis dedos por su rajita abriéndosela e introduciéndolos cada vez más dentro de ella, notando como se empezaba a mojar y a emitir ella sus primeros gemidos.
Yo no podía creerme lo que estaba haciendo. Era la primera vez que tocaba a una cría de esa edad y tenía la verga ya fuera del pantalón a reventar, así que la invité a chupármela, pidiéndome ella más dinero:
—Está bien, cariño, te daré más billetes.
Ella bajó la cabeza empezando a lamer mi polla haciéndome ...