1. Taxista nocturno (Lo que cambió mi vida)


    Fecha: 08/03/2025, Categorías: Incesto Sexo con Maduras Autor: Veronicca, Fuente: SexoSinTabues30

    ... suceso marcó un antes y un después en mi vida. El haber follado a esa cría y el haber disfrutado tanto con ella, trastocó totalmente mi forma de pensar. Cuando veía a alguna nena por la calle no podía evitar mirarlas e imaginarme con ellas. Me masturbaba todos los días con imágenes y vídeos que buscaba en internet, deseando que llegara la noche para volver al taxi y tener la oportunidad de follarme alguna de las crías que se ponían en la calle a buscar clientes, por lo que empezó a ser habitual que antes de volver a casa, acabara tirando con alguna, convirtiéndose en un vicio para mí, sin importarme que a causa de ello, mis ganancias fueran menores con mi trabajo nocturno.
    
    Estamos hablando de unas niñas, que a pesar de sus edades, tienen un desarrollo precoz y eso hace que muchos hombres fijen su mirada y sus deseos en ellas, siendo bastante habitual que apenas empiezan a despuntar sus pechos, ya empiecen a ser sobadas y manoseadas por familiares u otros hombres que anden cerca de ellas, porque acá todos son muy calientes y el sexo es algo natural que se vive y disfruta desde bien pronto.
    
    Durante todas esas noches, nunca faltaban las niñas que me proponían subir al taxi para ofrecerme sus servicios, pudiendo comprobar por mí mismo, todas las historias que contaban mis compañeros, como la vez que tuve que llevar a casa a una de las crías que solían ponerse allí, con su madre, a la que llamaban “la negra”, con la que fui conversando durante el camino, contándome que no ...
    ... habían tenido una buena noche, y debido a la confianza que establecimos, me propuso:
    
    —¿Quiere culear a la niña?
    
    Sorprendido por su propuesta, me dio un poco reparo contestarla, porque la propia madre me estaba ofreciendo a su hija y aunque yo sospechaba y sabía que las madres y los padres de estas crías consentían su prostitución y las ofrecían a los hombres, nunca me había sucedido a mi directamente, pero ella insistió:
    
    —Ande, seguro que le gusta, que no será la primera chamita que se come. No podemos llegar a casa con tan poco dinero, porque mi marido se agarra una buena arrechera.
    
    “La Negra”, como tantas otras, andaba por esas calles en la noche ofreciendo a su hija para sacarse más plata, porque sabía que los hombres de paso por la ciudad aprovechaban para buscarlas y darse el gusto con una chamita en flor.
    
    Pero un poco apenado por la situación que me estaba contando, acabé accediendo, también porque la nena a la que le calculaba unos 13 años, estaba bien rica, aunque me preguntaba si iba a ser delante de su madre, pero sin darme tiempo a pensármelo mucho, “la negra” me dijo que pasara al asiento trasero con ellas y allí, ella misma le sacó el vestido a su hija mostrándomela desnuda e indicándola que me la chupara primero para lubricarla y que entrara más fácilmente en su cola.
    
    La cría me la ensalivó como una maestra y siguió comiéndomela hasta que su madre la detuvo:
    
    —No sigas más, que se corre el señor. Dale la cola ya.
    
    La cría se sentó encima de ...
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