1. Lujuria en la reunión familiar (3)


    Fecha: 17/03/2025, Categorías: Incesto Autor: Gabriel B, Fuente: TodoRelatos

    ... que estaba Rosina. ¿Qué iba a pasar si debía quitarse la ropa? De seguro elegiría primero la remera. Pero su segunda prenda sería inevitablemente la calza. ¿Se quedaría en esa misma pose cuando quedase solo con su braga? Si ahora mis primos no podían dejar de largar miradas furtivas a su culo, estando en ropa interior les sería imposible controlar la calentura.
    
    Traté de no adelantarme a los sucesos. Bien podría cambiar de pose, y listo. O Bien podría elegir tomar whisky todas las veces que perdiera. Aunque el hecho de que se emborrachara con esos dos degenerados encerrados con ella tampoco me parecía un panorama prometedor.
    
    Jugamos la primera mano. Ni yo ni Matías teníamos buenas cartas para el truco, pero cuando Juanjo cantó envido, yo reviré, y él instintivamente dijo que no quería.
    
    —Boludo, ¿no vez que con eso ya ganaron? —le recriminó Rosina.
    
    —¡Mierda! Es que jugar por partido es diferente que jugar por puntos —se excusó Juanjo.
    
    Había caído muy fácil en mi trampa. Con su negativa habíamos ganado dos puntos, por lo que no teníamos que arriesgarnos a cantar truco. Simplemente nos fuimos al mazo y quedamos dos a uno arriba.
    
    Como era de esperar, ambos eligieron tomar un trago de whisky. Acordamos la medida que debíamos beber, la cual era la mínima. Pero era una bebida muy fuerte, y, que yo recordara, Rosina no acostumbraba a beber.
    
    La segunda mano también la ganamos nosotros, y tanto Rosina como Juanjo tomaron su segundo trago. Le majilla de Rosina se ...
    ... puso levemente roja, lo que me confirmó eso de que no acostumbraba a tomar.
    
    Me estaba empezando a preocupar, pues también ganamos la tercera mano. Estaba sospechando que Juanjo estaba jugando mal a propósito para que Rosina se emborrachara o se desnudara cuanto antes. Así que, por las dudas, en la siguiente mano, cuando Juanjo cantó envido, yo reviré de nuevo, solo que no tenía tantos como para arriesgarme de esa manera. Matías me había dicho que tampoco tenía nada. Así y todo, perdimos por poco. Cuando canté que tenía siete, Juanjo dijo que a él lo había vencido, cosa que reforzaba mis sospechas. Pero luego Rosina cantó un mísero veinte, con lo que sin embargo le fue suficiente para ganar la mano.
    
    —Por fin —dijo Matías, agarrando la botella de whisky, dando un trago directamente del pico.
    
    Era un juego defectuoso, sin dudas. Tanto Juanjo como su hermano parecían tener buenos motivos para perder las partidas, lo que distorsionaba completamente el sentido de la competencia. Aunque, pensándolo bien, el juego consistía en emborracharnos y eventualmente desnudarnos, por lo que supongo que era indistinto si intentábamos ganar o perder.
    
    —No hace falta que tomes —le dije a Rosina cuando perdió por cuarta vez—. Si no tenés ganas de quitarte la ropa no hace falta que tomes.
    
    —Si tomo es porque quiero —dijo ella, desafiante—. Y cuando quiera quitarme la ropa, lo hago y listo. Así era el juego.
    
    —Eso, Axel. No seas botón —dijo Juanjo—. Nosotros aceptamos las reglas del ...
«1234...9»