Historias de madame Lili (capítulo 3º)
Fecha: 26/03/2018,
Categorías:
Hetero
Sexo con Maduras
Autor: Alex B.C, Fuente: CuentoRelatos
... ¡La bata me estaba volviendo loca!, ¡paseándola por mis pechos, cintura, mi vientre, muslos, por el clítoris! hasta ya no poder más, ¡tenía que desahogarme! así que con mis dedos me penetraba, mi cuerpo estremecido por el deseo que estaba sintiendo en esos momentos, cuando estaba a punto de llegar al orgasmo veo una sombra enfrente de mi, cual fue mi gran sorpresa cuando vi la sombra de quién era. ¡Ernesto!, había vuelto más pronto de lo previsto, ¡no me lo podía creer!, en ese momento pensé que la mejor solución sería que la tierra se abriese y me tragara, no sabía qué hacer ni cómo actuar, él estaba plantado delante de mí, con los ojos como platos, no le salían las palabras, sólo ceñía las cejas como diciendo, ¡esto no puede estar pasando!, lo cierto es que yo, me quedé igual sin palabras, solo se me ocurrió taparme con su bata, y cómo pude fui recogiendo mi ropa, al final sí que le salieron las palabras, Y dijo, -"Lili, ¿qué haces, estás desnuda y jugando con mi bata?, ¡pero como te atreves, descarada!" Aquel hombre estaba exhausto, de ver cómo me había encontrado, y seguía diciendo cosas, pero según iba diciendo, iba disminuyendo sus palabras, y ya decía, -¿estas desnuda?, ¿pero qué te ocurre Lili?, ¿qué estás haciendo así?, ¿qué pretendes, con este comportamiento? Yo viendo la situación y conociendo un poco a los hombres, vi en sus ojos que ya no estaba tan enfadado, sus palabras pasaron de ser firmes y tajantes, a preguntas indiscretas, y se humedecía los labios con ...
... la lengua, debía de ser que ante el panorama se le secó la boca de golpe, sus ojos cambiaron de impacto a morbo, creo que nunca antes se encontró una chica desnuda en su despacho tirada en su diván con su bata paseándola por todo el cuerpo, no creo. El dejo de hablar y solo miraba y deseaba ver más aún, ya que su bata tapaba todos mis más grandes íntimos secretos, Ernesto, dio un paso atrás y echó el pestillo a la puerta, se quitó la gabardina y la colgó, dejó la chaqueta también en el perchero, y se aflojó la corbata, se sentó en su sillón y me dijo, -Lili, ¿que buscas de mí?, sé que lo que te voy a decir es un locura y una irresponsabilidad por mi parte, pero te voy a decir algo que quizás mañana me arrepienta, pero es demasiado para mí, esta situación es difícil de esquivar, y no ver lo que estoy viendo, una mujer bellísima y un cuerpo espectacular, como volver la mirada para otro lado, es imposible contigo en frente de mí. Todo esto me lo decía desabrochándose la camisa despacio, sin dejar de mirarme los ojos y lo que no son los ojos, Ernesto se armó de valentía y lo soltó. -Lili, sigue lo que estabas haciendo, me gustaría ver, lo que hacías cuando yo no estaba, me gustará ver cómo juegas con mi bata, anda hazlo para mi... Así que no me corté, me incliné y le deleité ¡tocándome el clítoris! Por encima de la bata, ¡mirándolo con deseo!, jugaba con su bata en mi entrepierna, a él le estaba gustando mucho, se le notaba nervioso, estaba que no daba crédito a lo que estaba ...