Acepto que mi sobrino Pedrito duerma conmigo - Relatos Eróticos

Acepto que mi sobrino Pedrito duerma conmigo

... tú?

Charli.- Desde hace algún tiempo bastane más que antes. Ahora no veas como me corro...

Pedrito.- ¿Te corres? como ¿que...?

Charli.- Si primo, ¿es que no sabes que sucede cuando te la meneas?...joe, te corres ¿no?

Pedrito.- Puuuuu esss siiiii. Si claro primo.

La conversación junto con ver sus dos cuerpos desnudos de cintura para abajo, a pesar de que eran mi hijo y mi sobrinito, me estaban poniendo a mil. Sin darme cuenta mis dos manos estaban: una palpando mi coño y la otra pellizcando mis dos pezones que quería asomarse de dodnde normalmente se esconden. Son momentos en los que mis tetas parece que se me endurecen apareciendo una mayor sensibilidad en ellas, a la par que todo el bajo vientre me vibra y toda la zona púbica palpita informando a mi cerebro que estoy a punto para ser magreada y acariciada toda sin límite de lujuria. Callados por un momento como si estuviesen de acuerdo, los dos empezaron a menearse las respectivas pollitas. No sabía que hacer...si interrumpir la sesión o dejarles hacer. El morbo y el sofoco que tenía me impidieron hacer lo primero.

Charli.- Mira primo dejéme...

Mi Charli le apartó la mano a su primito y tal como yó le aleccioné en aquel verano pasado, le coge su pollita y le explica a Pedrito como hacerse la pajita. Ver a mi Charli menear la pollita de su primito me dejó privada pero a la vez tan excitada que decidí retirarme e irme a mi habitación. Y desde ella (serían las 8 de la tarde) les dije:

- Chicos toca ir ...

... para la cocina que hay que cenar... - no sé como reaccionarían pero decidí cortar lo que estaban haciendo-

- Siiiii... -sentí contestar los dos a la vez-

Cerré los ojos y me relajé un rato que calculo sería como de unos 5 minutos. Necesitaba rehacerme y pasar a la cocina normalizada para que no notasen nada.

Preparé la cena y cenamos los tres juntos algo de verdura y ensalada. No quise sacar a colación nada de lo que había visto poco antes. Mejor dejar enfriar el asunto y pasar la velada nocturna sin más calenturas. Estuvimos recogiendo y no muy tarde después nos fuimos a dormir.

Sobre las 11 de la noche llegó mi marido, se tomó un par de yogures y se metió (después de ducharse) en la cama. Le pedí que no me dijese nada y le puse mi mano es su boca. " No digas nada" -le dije- déjame hacer a mí, lo necesito Isidro cariño". Debió entenderme y no rechistó. Me dejó utilizarle como mi juguete sexual. Sólo necesité dos lametones en su preciosa polla para que emergiera ese redondo capullo del prepucio recien lavadito. Saboreé el capullo un ratito y las gotitas del preseminal que le salieron enseguida. Cuando estaba dura como un palo de roble, me separé el filo inferior de la braguita con la mano derecha y con la izquierda bajando el prepucio todo lo que pude, para dejar el capullo libre por completo, me puse encima de él y léntamente estimulándome el clítoris (no lo necesité demasiado por la calentura que tenía) empecé a empujar hacia abajo despacito para no hacerme daño y ...