1. El dulce sexo de mi suegra


    Fecha: 07/04/2025, Categorías: Incesto Autor: VictoriaSG, Fuente: TodoRelatos

    ... presencia. Era la amiga que no había pedido tener, pero me ayudaba en mis momentos de soledad, aunque si me había quedado solo era precisamente por ir con ella. Gracias a Rupe me centré en los estudios, algo que me podría servir para ir a la universidad y sobre todo para impresionar a su madre.
    
    Ruperta se mostró agradecida en todo momento por lo que estaba haciendo por su hija, aunque su forma de darme las gracias no era como yo la había imaginado. En vez de estrecharme entre sus brazos, haciendo que mi cabeza reposara en su generoso escote, me regalaba caramelos y cromos de la liga. Estaba claro que para ella solo era un niño.
    
    - Es un agradecimiento bastante escaso.
    
    - Pensaba que ibas con Rupe porque te caía bien.
    
    - Así es, pero tenerla todo el día detrás hace que se burlen de mí.
    
    - Nadie te obliga a ir con ella.
    
    - Te prometí que la cuidaría.
    
    - Lo sé, pero no quiero que mi hija vaya con alguien que la desprecia.
    
    - Yo no la desprecio.
    
    - Ten paciencia con ella, Patrick, no está acostumbrada a tener amigos.
    
    - No te preocupes, que yo no le voy a fallar.
    
    - Cómo me alegra oír eso.
    
    - Lo que sea por la mujer más dulce del barrio... y por su hija.
    
    - Le voy a decir a Rupe que te invite a casa una tarde.
    
    - Asistiría encantado.
    
    Solo me veía como el amigo de su hija, pero ir a casa de Ruperta ya me parecían palabras mayores. Eso me supondría ver el sofá en el que se estiraba, la cama en la que dormía o el cuarto de baño que tantas veces la ...
    ... había visto desnuda cuando se duchaba. Intentaba no pensar demasiado en eso, pero mi imaginación volaba.
    
    La invitación no se hizo de rogar demasiado. A finales del primer trimestre nos pidieron hacer un trabajo por parejas y Rupe tardó medio segundo en proponerme que lo hiciésemos juntos. A esas alturas ya me daba igual lo que pensaran los otros, así que acepté. Nunca estaba de más tener una compañera inteligente que hiciese casi todo.
    
    Lo mejor de todo aquello fue que Lupe no dudó en ofrecer su casa para que pudiéramos hacer el trabajo. Así que una tarde, al salir del instituto, fuimos juntos hacia allí con la intención de ponerlos manos a la obra. Intenté perder todo el tiempo posible ya por el camino, con la idea de no irme de hasta que Ruperta cerrara la tienda y pudiera verla en su propio ambiente. Justo antes de entrar me sentía muy nervioso.
    
    Pese a que ya llevaban varios meses allí, la casa estaba a medio amueblar. Me sorprendió también la falta de orden, aunque supuse que Ruperta estaba demasiado ocupada en la tienda como para llevar la limpieza al día. Lo que sí resultó ser tal y como lo había imaginado era la habitación de mi amiga. Estaba llena de objetos que le pegaban totalmente a una persona tan excéntrica como ella.
    
    Tras ofrecerme algo de merendar nos pusimos de inmediato con el trabajo. Era difícil concentrarse teniéndola a ella haciendo bromas todo el rato, pero así resultaba todo más ameno. Aun así, solo podía pensar en pedirle que me enseñara la ...
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