Colaboraciones: Sylke. El reencuentro
Fecha: 11/04/2025,
Categorías:
Infidelidad
Autor: RayFenix, Fuente: TodoRelatos
Por fin nos pudimos apartar del grupo, mientras bailaban y se divertían en la pista como si no hubieran pasado veinte años, Mateo y yo nos quedamos en la barra tomando una copa y recordando aquellos tiempos.
Carla, estás impresionante. - me decía Mateo agarrando mis manos.
Vamos, que tú siempre me llamabas “feucha”. - le dije ruborizada.
Lo cierto es que ambos habíamos cambiado considerablemente y lo peor, después de haber estado juntos desde primaria, hasta acabar la ESO, no habíamos vuelto a contactar hasta que el grupo del cole hizo esa cena. Ambos teníamos un físico que nada tenía que ver con el de entonces, bueno, él seguía siendo guapo, pero yo di un cambio radical a partir de mi adolescencia.
Francamente, estás impresionante. - seguía piropeándome - y de rubia estás para levantársela a un muerto -.
¡Que idiota eres! -.
Es la verdad. ¡Estás buenísima, Carla! -.
Eso es porque me he arreglado. Tendrías que verme de andar por casa con los críos -.
Vamos, no seas modesta, estoy seguro de que en casa estás tan impresionante como ahora -.
Gracias... bueno tú tampoco estás nada mal -.
Eso es por el traje y porque no se me ha caído el pelo todavía -.
Ambos reímos a carcajadas como entonces, en la época aquella en la que hacíamos trastadas propias de la niñez y ahora éramos adultos, tan distintos a aquellos dos chiquillos locos. Mateo estaba buenísimo, con un cuerpo muy bien formado y aquellos ojos que seguían siendo los mismos, pero en la cara ...
... de un hombre formado y muy atractivo, con rasgos marcados y atrapantes. Yo también había cambiado, ya no llevaba aquellas ridículas gafas de pasta y había perdido un montón de kilos gracias en parte a mi trabajo como profesora de zumba, que me sigue manteniendo en forma, con unas curvas que, desde luego, no tenía en la época en la que Mateo y yo estábamos juntos.
¿Te acuerdas de cuando éramos un par de mocosos llenos de granos? - le dije.
Joder, sí, vaya dos, siempre juntos a todas partes. Parecíamos Bonnie and Clyde -.
Desde parvulario, inseparables -.
Mateo guardó silencio y me miró a los ojos.
¿Por qué no seguimos juntos, Carla? -.
Bueno, destinaron a tu padre a Canarias, ¿no -.
Ya, pero no me refiero a eso. ¿Por qué no seguimos tú y yo juntos? -.
¿Como pareja o como amigos? -.
¿Te contesto a eso? - dijo jugando con mis dedos entre los suyos.
No hacía falta contestar, había una tensión sexual no resuelta, porque, aunque entonces éramos como hermanos, sí que a medida que fuimos creciendo nos íbamos deseando más y más hasta el día de nuestra separación que fue realmente dura. Ahora, veinte años después, ambos casados, con hijos, parecíamos distantes en el tiempo, con cuatro felicitaciones navideñas y poco más, pero ahora, mirándonos, yo volvía a sentir ese cosquilleo y él parecía estar igual, eso a lo que no hacía falta poner palabras.
¿Te animas a bailar con un patoso? - me preguntó.
No me lo pensé dos veces pues estaba loca por sentirle ...