La mansión de don Pedro
Fecha: 14/04/2025,
Categorías:
Dominación / BDSM,
Autor: amokhan, Fuente: CuentoRelatos
D. Pedro, mi amo, acaba de entrar en el gran hall de la parte principal de la hacienda. Viene desnudo y sudoroso de la zona de entrenamiento de esclavas como cada día. Son las 9 de la noche y espera su cena. Se marcha rápidamente al baño del fondo del pasillo y un gesto con el dedo me pone en marcha.
Soy Alina, una de las dos sirvientas personales del amo. Katia y yo, hermanas, fuimos compradas hace 4 años en nuestro pueblo del Cáucaso, donde las familias tenían que recurrir a aligerar la prole que no podían cuidar ni sostener económicamente.
Sin más mundo que la pequeña aldea y las altas montañas, recién cumplidos los 18 años nos acicalaron como mejor pudieron y nos entregaron a unos hombres de aspecto y lenguaje extraño.
De un viaje en jeep por los caminos intrincados hasta llegar a un pequeño aeropuerto donde fuimos trasladadas en avioneta con los ojos vendados y atadas las manos a la espalda con fuertes cuerdas hasta está hacienda que ahora cuidamos y servimos para don Pedro, nuestro amo.
D. Pedro hacia 5 años que había creado su negocio de entrenamientos de esclavas exclusivo y necesitaba las suyas propias para que le sirvieran y complacieran y moldeadas a su gusto.
Sigo inmediatamente a d. Pedro al ver su gesto, colocándome tras él a medio metro de distancia. Desnuda, completamente rapada y depilada, sin vello en parte alguna, con el collar ancho de metal forrado de cuero negro del que pende una argolla delantera y con una placa indicando mi nombre en ...
... ella.
Espalda recta, mostrando las pequeñas y puntiagudas tetas con sus aros dorados en mis perforados pezones sonrosados, las manos con las muñequeras de cuero negro a la espalda, cogidas a los antebrazos y caminando con pasos cortos mientras suenan las pequeñas campanillas de las tobilleras de cuero a juego con las manos.
D. Pedro abre el grifo y se introduce en la bañera quedándose de pie. Está sudoroso y tiene la polla dura.
Entro en la bañera y comienzo a lavarle de arriba a abajo con la esponja no sin antes lamer sus depilados huevos y su dura y larga polla en señal de obediencia.
D. Pedro me deja hacer. Sin palabras, absorto en sus pensamientos de los que sale sólo para darme una seca bofetada o nalguearme duro el culo si considera que no hago adecuadamente mi tarea.
Me he llevado dos hostias que casi me sacan de la bañera por no lavar y enjabonar su polla con cuidado.
No hay tiempo ni queja alguna. Está terminantemente prohibido quejarse delante del amo.
Con las mejillas ardiendo, termino. Mi amo sale de la bañera y se acicala mientras yo espero mojada y dentro de la bañera a sus órdenes. Estirada, firme… marcando tetas y mirada al suelo.
Sécate y ayuda a Katia con la cena. Hoy la serviréis en el patio, hace buen tiempo. Se marcha. Desnudo, limpio y descansado. Está en su casa.
Me enjabono y limpio lo mejor que puedo, me seco rápidamente, no se puede servir tarde la cena o visitaríamos de inmediato al grueso árbol del patio donde seríamos ...