1. Quería que le llenaran los tres agujeros con leche


    Fecha: 17/04/2025, Categorías: Incesto Autor: Quique, Fuente: TodoRelatos

    ... en la habitación número 12 de un motel de carretera, que les caía a media hora de la taberna en la que estaban.
    
    Cuando Caperucita Roja abrió la puerta de la habitación del motel de carretera y los tres hermanos la vieron, se sintieron lobos. La cosa no era para menos, la minifalda que llevaba solo era un pequeño trozo de tela que dejaba ver sus ligas negras y su medias rojas y su blusa blanca tenía tal escote que se veían parte de las areolas rosadas de unas buenas tetas. Además, se subía en unos tremendos tacones que la hacían mucho más alta de lo que era. La cara no sabían cómo era porque llevaba una máscara de silicona imitando a Angelina Jolie. A Angelina Jolie se iban a follar sin importarle quién era aquel monumento de mujer. Cuando la mujer cerró la puerta, Sandro la arrinconó contra la pared.
    
    -Vamos a ver cómo son esas tetas.
    
    Le bajó la blusa y unas tremendas tetas aparecieron delante de los tres.
    
    -¡Vaya tetas!
    
    Pablo y Alberto agarraron las tetas y apretándolas, lamieron y mamaron. Sandro se agachó, le bajó las bragas y vio su coño pelado, lo abrió con dos dedos, y dijo:
    
    -Tienes un coño pequeño. -le enterró la lengua en el coño- Estás poco follado.
    
    Siguió lamiendo, y en nada, la mujer se corrió, sus piernas temblaron, su cuerpo se estremeció, y de su vagina salió un líquido blanco como la leche, pero no gimió, se limitó a morder el canto de una mano. Sandro saboreó la leche y luego le dijo:
    
    -Estás rica, rica, rica.
    
    La mujer seguía callada ...
    ... como una muda. Solo se dejaba y disfrutaba.
    
    Le duró menos el disfraz encima de lo que dura un suspiro. Al tenerla desnuda, Sandro, la echó sobre la cama y luego se desnudaron ellos. Empalmados como burros se pusieron boca arriba sobre la cama, Pablo a la izquierda, Sandro en el medio y Alberto a la derecha. La mujer tenía donde elegir. Empezó por la polla de Pablo. La empuñó, la llevó a la boca y lamió el glande y el meato unas cuantas veces, después lamió desde las pelotas al frenillo media docena de veces y a continuación le chupó y le lamió el glande. Sandro y Alberto la meneaban mirando como se la mamaba a Pablo y esperaban a que les tocase el turno. Poco después le trabajaba la polla a Sandro, que le preguntó:
    
    -¿Eres muda?
    
    La mujer habló, pero ninguno entendió lo que dijo por qué puso esa voz que ponen los choqueiros para que no se descubra quién está debajo del disfraz, en este caso, de la máscara. Después siguió mamando. Acabó mamándosela a Alberto... Alberto, cuando se hartó de que se la mamara, la puso de costado y se la clavó en el coño. La mujer le agarró la polla a Sandro y se la siguió mamando. Pablo, mirando y masturbándose, se fijó en el cuello de la mujer y vio seis lunares muy pequeños con los que se podía trazar una estrella. Su mujer tenía esos lunares en el mismo sitio y tenía un cuerpo igual al de la viciosa que estaban follando. Le dio un vuelco el corazón, pero luego miró para el coño pelado y descartó que fuera ella. Su mujer estaba orgullosa de ...