1. Quería que le llenaran los tres agujeros con leche


    Fecha: 17/04/2025, Categorías: Incesto Autor: Quique, Fuente: TodoRelatos

    ... su negro felpudo, además, la viciosa, había empezado a gemir, y su mujer era frígida, o sea, que ni se corría ni gemía.
    
    La polla de Alberto entraba y salía del coño empapado de jugos. Aquel coño lubricaba una barbaridad. De tanto lubricar, la polla acabó chapoteando cada vez que llegaba al fondo del coño. Cuando más fuerte le dio, más chapoteó. Pasado un tiempo la mujer no pudo aguantar más y se corrió. Al correrse le metió tal mamada a Sandro que casi se le corre en la boca.
    
    La mujer era insaciable, pues al acabar de correrse, se sentó sobre la polla de Sandro. Sandro la cogió por la cintura y, levantándola y bajándola, le dio a mazo. Pablo y Alberto se pusieron en pie sobre la cama, y le dieron las pollas a mamar, al tiempo que le magreaban las tetas, unas tetas que tenía los gordos pezones de punta y duros como el acero. Al rato la mujer se volvió a correr. Sandro sintió como el coño apretaba su polla y la bañaba y tuvo que apretar los huevos para no correrse él.
    
    Al acabar de gozar la mujer, Sandro, se echó sobre la cama con ella encima y la polla dentro del coño. Pablo se arrodilló entre las piernas de su hermano, se la frotó en el ojete a la mujer y se la fue metiendo despacito, al tiempo que le amasaba las tetas. Alberto le frotó la polla en los labios ella abrió la boca y comenzó a mamársela.
    
    Le dieron lo que no está en los inscritos, en el culo, en el coño y en la boca, y unos diez minutos más tarde, la mujer obtuvo lo que quería, que le llenaran de ...
    ... leche, y al mismo tiempo, la boca, el coño y el culo. Tal y como había imaginado, se corrió y tuvo uno de los mejores orgasmos de su vida.
    
    Al acabar, les pagó y se fueron hablando entre ellos.
    
    Pablo tenía que asegurarse de que aquella zorra no era su esposa. Como se habían desplazado en su auto, dejó a sus hermanos en la puerta de un bar y se fue a casa. Su esposa no estaba. Esperó en la sala de estar y tiempo después llegó su mujer disfrazada de bruja. Pablo, le dijo:
    
    -¿Dónde has estado?
    
    -En el liceo con mis amigas. ¿Y tú?
    
    -Anduve por ahí. Quítate el disfraz.
    
    -¿Quítate el disfraz? Esa no es forma de recibirme.
    
    -Yo creía que era la mejor forma de recibirte.
    
    -Sí, pero con preámbulos, cariño.
    
    Fue a su lado y sonriendo, se sentó en sus rodillas. Su perfume no era el mismo que el de la viciosa con la que había estado.
    
    -Quítate el disfraz.
    
    -Si lo quito me quedo desnuda, es que no llevo nada debajo.
    
    -Mejor.
    
    Se puso en pie y se desnudó. Pablo vio su negro felpudo y respiró aliviado.
    
    -¡Qué bella eres, Andrea!
    
    -¿Quieres hacerlo?
    
    -Sí, y a ver cuando te afeitas el coño.
    
    -Sabes que no me gusta...
    
    -Aféitate el coño y te lo como.
    
    -¿Comerme el coño? Eso sería una cochinada muy grande.
    
    -A lo mejor así te corres.
    
    -¿Tú crees que así podría tener mi primer orgasmo?
    
    -Es posible.
    
    -Voy al aseo a afeitarme. Enseguida vuelvo.
    
    Andrea fue al aseo, cerró la puerta con llave, se quitó la peluca del coño, lo echó en la taza y tiró de la ...