1. Conociendo a Daniela. Parte V y última


    Fecha: 19/04/2025, Categorías: Sexo con Maduras Autor: joel34, Fuente: RelatosEróticos

    Llegué hacia la noche a mi piso, sin saber con qué me iba a encontrar. Lo más probable -me imaginé- era que Daniela ya no se encontrara ahí.
    
    Para ser honesto, esa expectativa no era de mi agrado. A mi pesar, me había encariñado de esa chica de mirada tierna y cuerpo maravilloso. ¿Había algo que ahora pudiera hacer? Pensé entre mí, y la respuesta llegó como un mazaso: no.
    
    Entre y la estancia lucía normal. La cocina estaba limpia y en todo parecía que mi primer instinto era correcto. Exhale hondo, un poco aguitado, mientras me encaminaba a mi habitación. Ahí fue donde escuché ruidos desde la suya.
    
    Llamé a su puerta pero, al no tener respuesta, decidí entrar. Daniela estaba bailando con un body pegadito de color blanco. Lucía hermosa, como si fuera una novia en su noche de bodas.
    
    No se espantó al verme entrar. Solo apagó el dispositivo con el que grababa y me saludó secamente.
    
    -Hola Daniela. -Respondí el saludo. No pretendía dejarle tiempo para reaccionar y ataqué. -Necesitamos hablar.
    
    -Si, también lo creo. -Dijo en una voz un poco más baja en lo que tomaba una toalla para secar su cara.
    
    -Veo que has estado entretenida en tu afición.
    
    -Afición que paga mis cuentas Doctor. ¿O de donde cree que sale el dinero para pagar mis estudios? -Respondió con ironía.
    
    -Bien, lo que hagas me tiene sin cuidado. Pero dejaste colgado a mi socio en el MP.
    
    -No te tiene tan sin cuidado donde me estás espiando.- Contraatacó al tiempo que se sentaba en la cama.
    
    Tuve ...
    ... que aceptar que sus clases de argumentación habían rendido frutos, pero yo aun tenía ases en la manga:
    
    -No es espiar cuando se encuentra la verdad.
    
    Daniela bufó. Sus ojos sacaron chispas antes de contestar:
    
    -Falacias abogado. No se busca la verdad donde no se duda de ésta.
    
    -La verdad no es materia de duda aquí. Es tu falta de acción lo que está en entredicho. Por eso quiero saber por qué no fuiste a hacer la denuncia.
    
    -¿Y qué esperabas? ¿Qué fuera con el libidinoso de tu socio? ¿Crees que no vi como me devoraba con la mirada?
    
    Trastabillé. No contaba con que se hubieran visto en las afueras de mi oficina. Pero ciertamente era lo más seguro dada la hora en la que ella llegó.
    
    -¿Por qué no me dijiste eso?
    
    -No tenías tiempo para mí.
    
    Sentí que estaba perdiendo el juicio. Pero aún tenía elementos para mi defensa.
    
    -Ese argumento no desestima la causa del conflicto: quedaste en algo y, en vez de hacerlo, estabas grabando para un montón de depravados.
    
    -Si. Para un montón de depravados... Dijo, poniendo énfasis en la última palabra.
    
    Supe que había perdido.
    
    -Yo no... Quise decir, pero no halle algo que me redimiera. También yo me encontraba en ese saco.
    
    En ese momento Daniela se levantó de la cama y, acercándose peligrosamente hacia mí, preguntó:
    
    -¿Usted no que, abogado?
    
    Su perfume era hipnótico. Su calor era embriagante.
    
    La tomé por la cintura y la besé. Fue un beso urgente, desesperado y fogoso que ella correspondió despojandome de mi ...
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