1. Pascuala


    Fecha: 20/04/2025, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Pascuala es mi vecina, vivimos puerta con puerta y de siempre me ha llamado la atención. Son innumerables las pajas en las que ella era la protagonista. El tiempo pasa volando, pero siempre de alguna forma de otra siempre he tenido ganas de follarmela.
    
    A sus 70 años todavía tiene ese punto que me sigue excitando, pelo blanco, buenas tetas y un culo apetecible.
    
    A mi siempre me han gustado las maduras y aunque nos llevemos bastantes años, procuro no dejar la ocasión para saborearlas.
    
    Mi relación con Pascuala se intensificó cuando murió su marido, ocurrió de madrugada, de repente y fue al primero que llamó, pues sus hijos vivan lejos y como siempre ha habido confianza y se vió tan apurada pues recurrió al más cercano.
    
    Los primeros días desde el desenlace estuve acompañándola como un miembro más de la familia, pues pude comprobar que las relaciones con sus hijos no eran demasiado buenas, asi que era el que siempre estaba a su lado. Era el hombro para amortiguar el duelo, quien la consolaba y daba el apoyo que necesitaba, ahí pude comprobar que casa día los abrazos eran más entrañables y afectuosos.
    
    Pasado unos días cuando ya se empezó a tranquilizar la situación, me llama a la puerta y cuando le abrí, se abrazó sollozando para agradecerme todo lo que había hecho por ella. Como sentí el abrazo, por fin noté sus tetas sobre mi pecho, y aunque la ocasión no era la adecuada el miembro comenzó a despertarse, los primeros besos que nos dábamos que bien me supieron y ...
    ... eso que fueron de lo más castos.
    
    Todos los días nos llamábamos varias veces al día con cualquier excusa, asi que nuestra relación se iba haciendo cada vez mas intensa raro era el día que no nos regalamos algún postre o un detalle, cualquier excusa era buena para vernos.
    
    Como a los dos nos gusta cocinar, comenzamos a salir a comprar juntos y a invitarnos a comer unas veces en casa de uno y otras en casa del otro, nuestra relación se iba haciendo cada vez mayor, asi que a veces pasábamos prácticamente juntos todo el día.
    
    Pasaron varios meses acercándonos cada vez más y con mayor confianza y complicidad
    
    Una tarde después de comer sentados en el sofá medio dormidos, su cabeza recostada en mi hombro le comencé a acariciar el pelo, y note como le gustaba pues su mano la puso en mi pecho, seguí acariciando su cabeza suavemente y una especie de suspiro salió de su boca. No pasó de ahí, ya mas despiertos me miro a los ojos y me dijo:
    
    -Te tengo que confesar una cosa, tengo miedo de dormir en mi casa, las noches las paso fatal, menos mal que sé que estas al lado, tu casa me da buenas vibraciones y solo estoy segura cuando estoy contigo, pero no quiero ser ninguna carga para ti ni para nadie.
    
    Ya sé que soy muy mayor y comprendo que no puede ser pero te lo tenía que decir.
    
    La sorpresa que me llevé fue enorme, al principio no sabía que decir, pero le abracé fuerte y la besé.
    
    Le confesé todo lo que llevaba tanto tiempo guardado, cuanto la había deseado y cuanto la ...
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