Rocío - Capítulo 6 - Relatos Eróticos

Rocío - Capítulo 6

... entrepierna visiblemente excitada.

- “Uffff….lo digo en serio Rocío, estoy agotado, me has dejado seco hace un rato” - dije yo - “no quisiera fallar con esa preciosidad ni tampoco contigo”

- “Yo creo que te apetece tanto como a mí... ¿por qué no lo intentas?”

- “No quiero quedar mal con dos bellezas como vosotras”.

En ese momento Rocío cogió mi polla y tras zarandearla un par de veces se dirigió a Patricia diciendo:

- “¿Tú crees que esto puede quedar mal con nosotras? Di la verdad.”

Patricia no contestó, se acercó a mí y tras coger mi polla que acaba de soltar mi compañera, empezó a masturbarme suavemente.

- “Yo creo que tienes mucho que dar, Alex...”- dijo susurrante.

Sus dedos eran delicados y pude entender la sensación que había sentido Rocío con esa mujer, con ese contacto en su piel, era algo delicioso sentir esos finos dedos. Mi polla estaba dura y las venas se marcaban perfectamente.

- “¡mmm... qué bonita y qué dura!” - dijo la chica meciendo mi miembro suavemente.

La dependienta se arrodilló frente a mí, comenzando una masturbación lenta con una mirada cargada de lascivia...

- “¿Puedo? “- me preguntó ella.

Miré a Rocío y aunque sabía la respuesta esperé a que simplemente afirmara con la cabeza. Con un gesto a Patricia, entendió que tenía toda mi autorización.

Sin perder tiempo sus labios atraparon mi miembro y lo succionaron suavemente. Tuve que agarrarme a su cabeza para no caerme. Al principio esa joven lamía mi glande ...

... haciendo que su lengua recorriese cada centímetro de él, llevándome al éxtasis, pero luego no se conformó con eso. Se introdujo mi polla totalmente en su boca, hasta que sus labios tocaron mi pubis, era increíble como aquella chica menuda y aparentemente delicada, tragaba mi polla hasta el fondo…...todo ello sin dejar de mirarme fijamente a los ojos.

- “¡Oh, Dios! “- dije soltando un largo suspiro, mientras veía con el rabillo del ojo que Rocío se mordía el labio, orgullosa de haber dado pie a ese juego.

Pude comprobar como manejaba la situación sin siquiera sentir una arcada o un mal gesto por su parte, yo estaba asombrado y a la vez súper excitado.

Rocío no quiso quedarse parada y besándome con todas las ganas, me acariciaba los testículos con suavidad, mientras la otra no dejaba de tragar mi polla con esos sonidos tan atrapantes como lo era su propia garganta, logrando que gimiese de placer, mientras me entregaba a ese beso apasionado por un lado y a esa mamada espectacular por otro.

- “¡Madre mía…que gusto, Diossss!, ¡no voy a poder aguantar mucho más…!” - dije yo en un momento que mis labios se separaron de los de Rocío.

- “Esta chica es un portento…...menuda pasada ¿a qué sí?” - añadió ella sonriente.

- “¡Uh, si, si, joderrrrrrr! “- yo aguantaba lo que podía por no explotar, pero quería alargarlo al máximo.

En ese momento Patricia dejó de chuparme y me pajeó suavemente mirándome desde allá abajo para decirme:

- “Guauuu, perdona mi ímpetu Alex, pero es ...