Rocío - Capítulo 6 - Relatos Eróticos

Rocío - Capítulo 6

... De pronto se tragó una buena porción de mi polla y la mantuvo así, metida en su boca durante unos cuantos segundos, logrando hacerme temblar de gusto y sin saber muy bien que hacía con su lengua y su garganta, pero me estaba sintiendo en la gloria.

De repente Patricia volvió a soltarla, dejándola de nuevo lustrosa y brillante. Avanzó un paso más con las rodillas y esta vez sujetando sus pechos por los costados, metió mi polla erecta entre ellos y me masturbó lentamente en esa nueva acogida tersa y suave de su piel. La sensación era más que deliciosa, tener mi sexo aprisionado entre esas bonitas tetas era una pasada, ayudándose con la mano para que mi polla no escapase de ellas, Patricia empezó a subir y bajar sus pechos en una masturbación en la que mi glande acababa topando con sus labios y ella daba un pequeño chupón.

- “¡Qué pasada Patricia!, ¡cómo me gusta esto!” - jadeaba yo.

- “Ya lo sé, no hay más que ver tu cara” - contestó ella victoriosa por conseguir llevarme a ese nivel de placer.

- “¡Ufff que sensación más deliciosa, me encantan tus tetas!”

En ese momento Rocío se arrodilló junto a ella, para observar toda la operación desde cerca, sin duda estaba tan alucinada como yo, por la gran pericia de esa chica, combinando tetas, masturbación y mamada, todo en uno.

- “Eres tremenda, Patri “- soltó mi compañera viendo lo bien que dominaba la técnica.

La chica se giró le dio un piquito a Rocío y a continuación anunció:

- “Voy a hacerle una ...

... cubana que no olvidará en la vida.”

Estaba más que claro, no podría olvidar algo como eso, ni cómo el placer iba en aumento, de una forma progresiva y muy bien controlada, porque cuando yo estaba más agitado, ella aflojaba sus pechos liberando esa tensión y creo que todo ello para que no me corriera tan rápido.

Yo estaba francamente en la gloria y también hacía lo posible por no explotar de inmediato, no quería que aquello fuera demasiado rápido y me concentraba en la suavidad de sus pechos abrazando mi dureza y la maestría de la chica que nunca dejaba de mirarme a los ojos mientras me masturbaba. Mi polla se movía rítmicamente, mi prepucio subía y bajaba al ritmo que esa joven marcaba.

- “¿Ahora crees que podrás follarme?” - dijo de pronto con su voz melosa.

A pesar de haber follado con Rocío un par de veces y con toda la intensidad, estaba tan excitado con lo que me estaba pasando y era tal el placer que me estaba dando Patricia, que era consciente que me correría en breve. Aquella chica sabía cómo volver loco a un hombre.

Para colmo, Rocío se sumó a la fiesta, y mientras Patricia me masturbaba con sus tetas, se acercó a mí y empezó a besarme con pasión, sus labios eran suaves y carnosos, sus besos apasionados y su sabor más que delicioso. Su lengua recorría cada rincón de mi boca mientras sus manos acariciaban mi pecho, ambas mujeres me estaban llevando al placer más increíble. Yo me dejaba hacer, estaba en modo pasivo, solamente quería correrme de gusto…y ...