Adahí: mi nena se ha convertido en mujer (11)
Fecha: 24/04/2025,
Categorías:
Incesto
Autor: Jane Cassey Mourin, Fuente: TodoRelatos
¿Cómo llegué a ese momento? ¿De qué manera la idea de hacer el amor con mi hija pasó de ser algo prohibido a convertirse en la culminación de la fantasía más anhelada de mi vida? ¿Qué fue lo que me hizo caminar por los pasillos del cine en dirección al estacionamiento, con una erección entre las piernas y sin dejar de imaginar a mi hija desnuda mientras caminaba a mi lado?
Resultaba surreal avanzar lado a lado con mi ella, mirar en su rostro aquella expresión de ansiedad que la carcomía ante la idea de que pronto perdería su virginidad, siendo su padre el hombre que la convertiría en mujer; a la vez que mi estómago era invadido por cientos de mariposas, mis manos sudaban y mis piernas temblaban ante la excitación que inundaba cada rincón de mi cuerpo con el morbo de ser el primer hombre en penetrar la vagina de mi hija.
Al llegar al auto caminé por detrás de ella con el pretexto de abrir su puerta, cuando en realidad lo hice porque quería sentirla mientras la abrazaba por detrás, deseaba que sintiera mi erección apretándose en sus nalgas, tocar sus senos con discreción mientras me tardaba más de lo necesario en encontrar mis llaves y ella se levantaba en puntas para sentir mi miembro al menear su hermoso trasero.
- ¡Ahhh! - escapó de la boca de mi hija como resultado de nuestros roces y caricias, alejándose un poco de mí cuando abrí al fin la puerta, pero no sin antes apretar mi verga por encima de la tela de mi pantalón y mirarme a los ojos mientras lo hacía, ...
... regalándome una mirada de vicio y deseo que me erizó la piel y me hizo darme prisa para entrar al auto, sabiendo que mientras más rápido nos largáramos de ahí, más pronto llegaríamos al hotel y podría tener a esa jovencita completamente desnuda, a mi disposición, sin que nada pudiera interrumpirnos, sin que nada pudiera impedir que la convirtiera en mujer.
Aquella voz en mi cabeza que clamaba por un poco de prudencia, fue la que me hizo esforzarme por concentrarme en el camino mientras recorríamos algunas calles en el auto, un trayecto en el que si bien no hubo contacto entre mi hija y yo, no pasó mucho tiempo desde que abandonamos aquel estacionamiento hasta el momento en que hija se levantó el vestido, giró un poco su cuerpo sobre el asiento y abrió sus piernas, recargando su espalda en la puerta del auto, haciendo sus bragas a un lado para mostrarme su hermosa flor y comenzar acariciase a mi lado, dejando que el resplandor de la humedad en sus labios llenara mi cuerpo de morbo, que tragara saliva ante la obligación de tener que reprimir mis deseos y concentrarme en el camino.
Adahí sabía perfectamente lo que hacía, era evidente al ver su expresión de satisfacción mientras se tocaba, entendía que me estaba torturando al estar manejando y no poder hacer nada para unirme a ella y entregarnos en cuerpo y alma; me encantaba que lo hiciera, era un poema escuchar sus gemidos y el chapoteo de sus dedos acariciando su vagina, una tentación que me hacía mirar su vulva en cada ...