Adahí: mi nena se ha convertido en mujer (11)
Fecha: 24/04/2025,
Categorías:
Incesto
Autor: Jane Cassey Mourin, Fuente: TodoRelatos
... ocasión en la que por alguna razón tenía que detener el avance del carro, negándome a caer ante el impulso de tocarla pues sabía que cuando lo hiciera no habría poder humano que lograra detenerme.
Los minutos en que tardamos en llegar al motel fueron una insoportable tortura, una lucha incansable entre la poca prudencia que me quedaba en contra de la creciente necesidad que experimentaba por hacerle a mi hija todo lo que me había imaginado, de cumplir con el deseo que ella me había formulado con tanta insistencia durante las últimas semanas, aquello en lo que había pensado durante lo que en aquel momento parecía haberse convertido en una eternidad.
Adahí no dejó de masturbarse, gemir y obsequiarme los húmedos sonidos que escapaban de su conchita hasta que estuvimos a punto de llegar al motel, hasta que tuvo que sentarse de la forma apropiada, arreglarse la ropa y acomodar su cabello de tal manera que un grueso mechón cubriera una parte importante de su cara, algo que en realidad resultaba muy astuto si lo que queríamos era mantener lo que estábamos a punto de hacer como un secreto entre padre e hija.
Cuando al fin nos detuvimos frente a la caseta del motel, mi hija mantuvo su cabeza agachada, ligeramente desviada al lado contrario de donde se encontraba el tipo que me cobraba la cuota de la habitación, mientras Adahí jugaba con su celular, fingiendo desinterés por lo que pasaba a un lado de ella, como si aquello fuera tan rutinario que no mereciera la pena prestarle ...
... atención, pero mostrando una postura y actitud completamente distinta de aquella que la había caracterizado hasta ese momento, dejándose ver nerviosa y titubeante.
- Habitación 18 - dijo el empleado una vez que pagué y me regresó el cambio, sin mirar al interior del auto durante el proceso de aquella transacción, apenas desviando su atención de un televisor que sintonizaba un canal deportivo que al parecer, resultaba mucho más interesante para ese hombre que husmear en la vida de quienes le rentaban una habitación.
Sin esperar un segundo más de lo necesario, reanudé la marcha del auto para recorrer una estrecha callejuela hasta encontrar nuestro sitio, donde me tomé un poco de tiempo para estacionar el auto y ver cómo se cerraba la puerta del garaje detrás de nosotros, antes de que nos tomáramos un minuto para contemplar el silencio que de pronto nos abrazó, interrumpido solamente por nuestras respiraciones agitadas y el ruido de mis pensamientos que me hacían querer arrancarle la ropa a mi hija y cogérmela en ese lugar, montarme en ella sobre el asiento del copiloto y meterle la verga sin siquiera pensar en entrar en la habitación, una serie de ideas que se vieron interrumpidas cuando mi hija me regresó a la realidad en el momento en que posó su mano sobre mi pierna, deslizándola lentamente hacia arriba hasta alcanzar mi sexo y apretarlo con fuerza, girando un poco su cabeza para mirarlo, mordiéndose el labio inferior mientras lo hacía.
- No tienes idea de cuanto lo ...