Sin bragas en la aldea (3): Empotrada por el hijo
Fecha: 25/04/2025,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Punkycaliente, Fuente: CuentoRelatos
Saludos, me llamo Daniela y para no tener que poner de nuevo la parrafada en mi primera historia me describí físicamente, así podéis imaginar a la pequeña punk morbosa que os escribe. En este relato voy a contar como siguieron mis travesuras en el pequeño pueblo de Torre Val de San Pedro en él que me hospede 10 días que se convirtieron en toda una experiencia. Tras los hechos narrados anteriormente.
No os voy a mentir, no hubo cura milagrosa (lo de los polvos mágicos, solo funcionan en los cuentos de hadas jajaja). Tras dejarme otros cuantos hielos envueltos en la toalla, ahí estaba yo despatarrada todavía oliendo a sexo y sudor. Como pude acerque la silla y puse la pierna de nueva en alto y desnuda, y me quedé dormida durante una hora, despertándome medio-zombie. Por lo que para despejarme, pues me puse a jugar al Stray (un juego muy simpático futurista sobre un gato buscando volver con su familia). Y todo ello todavía desnuda, ya que la calefacción estaba a buena temperatura y yo tres cuartos de lo mismo. Y francamente, si puedo estar desnuda en mi casa prefiero estarlo y más si es en casa alquilada.
Así pasaron un par de horas, donde tuve que ir a la pata-coja dos veces para coger de nuevo hielos y volver a ponerme en posición, aunque ya sentada. Aunque me sentía algo más aliviada, no me atreví a poner el pie en el suelo. No sea que la liase de verdad, prefería intentarlo a última hora para ver si podía. Suponía que si no iba yo, él vendría a casa. Intentaba no ...
... pensar en lo de la noche, que si no iba a acabar de nuevo tocándome y prefería darlo todo.
Pero no era plan ir oliendo a semen, por lo que me fui a la bañera... que estaba en el piso de arriba. Por lo que tuve que ir muy despacito para no caerme por las escaleras (sí, tenía que habérselo dicho a Víctor, lo sé...) Y como mal pude conseguí ducharme sin apoyar el pie gracias a que puse un taburete de plástico y pude sentarme. Me note mucho más relajada y pensé que no era plan de ir con la misma ropa de todo el día o que quizás estaría bien llevar algo especial, si llegara el caso de que de todas formas tuviera venir él.
Tras secarme e ir con mucho cuidado a mi habitación, me dirigí donde tenía la maleta (la había dejado a un lado de la habitación, abierta) y saqué una camiseta negra muy repegada, una falda corta de color rojo borgoña, unas medias de rejilla, un tanga minúsculo negro (aunque por un momento pensé en ir sin nada... creía que el hombre merecía un recuerdo mío y se me ocurrió ese). En principio pensé en vestirme por completo. Pero al final, pensando que a lo mejor no podía ir allí, no me puse la camiseta, sino que la llevé conmigo abajo.
Al llegar de nuevo al comedor, está vez intentando apoyarme un poco, me di cuenta de que había estado pasando horas sin cerrar por completo las cortinas... El pensamiento sobre esto me calentó bastante y mi tanga termino poniéndose húmedo. Aunque caliente por la idea, al final cerré las cortinas y fui a tomarme algo del ...