CAMINO DE SANGRE VIII Siempre tuyo…siempre mío - Relatos Eróticos

CAMINO DE SANGRE VIII Siempre tuyo…siempre mío

... jóvenes, largos y duros, propios de su raza, a medida que pasaba el tiempo esos penes maravillosos se iban endureciendo, en el contacto Vlad pudo darse cuenta que algunos no eran novatos en los contactos con hombres, la soledad, la soltería, la falta de hembra, la ducha común y el contacto en el campo y en las barracas, habían generado el acercamieto y la excitación en más de uno, y los que no, Vlad se encargó en sembrar la idea en sus mentes, los tocó y sobó a placer y cuando los tenía en su punto se desnudó ante ellos y estando en igual condición les dijo:

V: de ahora en adelante, se van a sumar a 50 hermanos más que viven a sus anchas en mi propiedad, estamos todos para querernos y complacernos, ya no más carencias afectivas, ya no más falta de sexo, de ahora en adelante vivimos para recibir y dar placer y por supuesto para trabajar, que dicen se unen a este grupo de hermanos?

Grupo de negros: siiiii, nos unimos –dijeron al unísono-,

V: bien…ahora reconozcamos a nuestros hermanos, vamos a darnos afecto al más cercano y a todos.

Dicho esto, la veintena de hombres se avocó a reconocerse, se tocaron unos con otros, se exploraron entre ellos, Vlad los acarició, los besó, disfruto de cada uno de ellos e igual lo hicieron con él, desde ese momento estaba creciendo un vínculo con su amo, el afecto iba naciendo y por ende el placer, una hora después el piso era un amasijo de hombres desnudos que en total erección se besaban entre ellos a la vez que eran ...

... penetrados o penetraban a alguien (o todo a la vez), poco a poco fueron descargando y deslechándose uno a uno entre gemidos y besos, ya retomada la calma Vlad se vistió y dio instrucciones para el funcionamiento de la propiedad asignando funciones y delegando responsabilidades. Ya era final de la tarde cuando salió de su nueva propiedad, el crepúsculo lo motivó a cabalgar en el campo, se encontró con un gran árbol y al bordearlo se encontró con la lamentable escena de William Mcgregor colgado del árbol pendiendo de un mecate, se había quitado la vida, la idea de haber quedado en la calle no la pudo soportar y terminó con su existencia. La escena en cierto modo lo alivió, se había quitado de encima un enemigo, paro estaba claro que esa alma volvería a tratar de arrebatarle a su amado Iván, por ahora había ganado esa batalla pero no aún la guerra, estaba consciente que esa trilogía él, Ivan y el Gran Maestre, estaban destinado hasta el fin de los tiempos a batallar entre sí, hoy ganó Vlad pero en el pasado ya había perdido algunas batallas, se volverían a ver de eso no tenía duda, dio la vuelta y se perdió a galope por el campo, rumbo a su hacienda tenía unas ganas locas de llegar y disfrutar a su Iván, amarlo hasta que él tiempo lo permitiera porque sabía que era cuestión de tiempo para perderlo pero no iba a pensar en eso por ahora.

CONTINUARA…

Lector gracias por seguir esta saga, comenta para seguir escribiendo para ti, dime qué otro tema quieres que aborde.