Lujuria en Hogwarts. 09: Sexo en la Madriguera - Relatos Eróticos

Lujuria en Hogwarts. 09: Sexo en la Madriguera

... inseparable dúo de magos. Harry se levantó a toda prisa del pasto y Ron se subió los pantalones y calzoncillos, intentando guardarse su erecto miembro antes de la llegada de Fred y George, "consiguiéndolo" in extremis.

—Mamá os está llamando para que ayudéis, cabrones. —Informó Fred.

—¿Qué hacíais aquí? ¿Os estabais dando el lote? Jajaja. —Bromeó George.

La verdad es que a los gemelos Weasley los chistes les salían de manera espontánea, pero esta vez la broma tenía unos matices serios. Los mofletes colorados de Harry, su cabello azabache revuelto y la respiración agitada de Ron eran las pruebas del crimen. Si bien nadie se fijaría en esos detalles y mucho menos pensaría algo así, los gemelos tenían una intuición que no solía equivocarse y, sumado a un par de factores más, estaban convencidos de que Ron y Harry se habían alejado hasta aquí para algo más que simplemente escaquearse.

—Sois gilipollas. —Dijo Ron con una fingida sonrisa, pues si denotaba algún tipo de ira, los gemelos acabarían confirmando su teoría y eso no era conveniente. —Ya vamos, pero nos podíais haber cubierto, que para una vez que sois vosotros quienes trabajan.

Ron y Harry comenzaron a caminar junto a sus hermanos hacia la Madriguera.

—Nosotros nunca hacemos favores gratis hermanito, ya deberías saberlo. —Respondió Fred, guiñándole un ojo al menor.

Los gemelos se percataron de la erección que su hermano menor intentó esconder antes de su llegada, pero decidieron ser benevolentes con ...

... él y guardarse aquel detalle para ellos.

Pese a la ayuda de toda la casa, la cena que prometía ser un éxito acabó siendo un auténtico desastre. Arthur, el cabeza de familia, acabó borracho como una cuba, Percy se fue a dormir nada más cenar y los gemelos destrozaron parte del huerto con uno de sus juegos pirotécnicos. Molly, llena de ira, mandó a todos a la cama, sin antes recalcar que estaba muy decepcionada con la actitud que habían tenido esta noche, excepto de Harry, cómo siempre; para ella, el pelinegro nunca hacía nada mal, era como el hijo perfecto, lo más parecido a una copia de Percy. Aunque si Molly hubiera sabido que Harry iba a follarse a uno de sus hijos en su propia casa, su opinión sería muy distinta.

Cuando llegaron a la habitación, ambos estallaron en carcajadas, pues la jugarreta de Fred y George había sido muy divertida, y no hablar de la cara de pánico de la menor de los Weasley, Ginny, al ver aquel destrozo. Ginny siempre estuvo pillada por Harry, pero era Ron quien estaba ocupando su lugar en el más absoluto secreto. Al dejar de reír, Ron inspeccionó a Harry de arriba a abajo; el alcohol que bebió a escondidas de su madre estaba haciendo efecto ahora y el calor se apoderó de su cuerpo poco a poco. Mordiéndose el labio, posó una de sus manos en la cintura de Harry.

—Mañana volvemos a Hogwarts, ¿No crees que deberíamos retomar lo que dejamos a medias esta mañana? —Decía Ron mientras bajaba sus manos a las nalgas de Harry.

—Lo que creo es que ...