La Jaguar vs Shadow Angel - Relatos Eróticos

La Jaguar vs Shadow Angel

... podio de los mejores luchadores urbanos de la ciudad tenía muchos adeptos. Varios usuarios empezaban a especular que la misma Jaguar que ahora luchaba en los gimnasios era la misma que una década atrás mantenía a raya a los maleantes, lo que hizo subir la popularidad de Melanie como la espuma. La idea que las dos mayores justicieras que había tenido la ciudad se enfrentaran en una pelea para ver quién era mejor, tenía a los ciudadanos entusiasmados.

Mientras dejaba su katana y el resto del equipo en una taquilla, Amy escuchaba el murmullo de la gente en las gradas, esperando ansiosos el inicio de la pelea. La japonesa había tenido que insistir encarecidamente a sus amigos para que no acudiesen a verla. Aún no tenía claro el porqué participaba en esto y por nada del mundo quería que la viesen haciendo el ridículo. Aunque seguramente decenas de teléfonos móviles retransmitirían la pelea por internet. “Mentalidad, positiva, Amy. Mentalidad positiva” se dijo mientras se miraba en el espejo tras lavarse la cara. “Vas a lograrlo, le pegarás una paliza a esa chica y te largarás a casa triunfante”. Tras meses de casi inactividad por la ausencia de peligro en la ciudad a raíz del férreo control que ejercía la policía, clausurando actividades “peligrosas” tales como prostíbulos, casinos o discotecas, estableciendo el toque de queda en muchas zonas y limitando las concentraciones de ciudadanos, Amy temía que su capacidad de lucha se hubiese ablandado. Y su humillante derrota a manos ...

... del Creador y sus ridículos juguetes no hacía sino recordárselo. Por eso había accedido a participar en ese “show” como lo llamaba ella. Para demostrase a si misma que no estaba oxidada, que aún podía patear culos a tipos peligrosos de verdad.

- ¿Lista para el combate?- Le dijo Carlos al verla subir hacia el ring.

La chica respondió encogiéndose de hombros. Nerviosa, intentó no fijar la mirada en el numeroso público ni en los focos que alumbraban el espacio en el que se desarrollaría la pelea. Era un amplio ring con el suelo acolchado del que pendía una jaula que bajaría antes que empezara la pelea. De esa forma se aseguraban que ninguna de las dos luchadoras tendría la tentación de abandonar el ring. La pelea sería hasta que o bien una aceptara la derrota, cayera inconsciente, o bien su rival lograse inmovilizarla hasta que el árbitro contase hasta diez. A partir de entonces, la vencida quedaría a merced de la vencedora.

- Ánimo.- Le dijo Carlos, pellizcándole el trasero de forma discreta.- Demuestra lo que vales.

Pensando en las miradas del público, Amy ignoró ese pellizco, no quería montar un numerito antes de empezar. En el ring había un hombre con pantalones negros y camisa de rayas que haría de árbitro. Aunque las normas eran bastante simples, de hecho la única norma que había era una prohibición absoluta de llevar ningún tipo de arma. Al entrar en el ring, Amy estiró los brazos y separó las piernas, dejando que el árbitro la registrara para asegurarse que ...