La isla de los castrados II
Fecha: 03/05/2025,
Categorías:
Dominación / BDSM,
Autor: ana, Fuente: TodoRelatos
DANIELA: ¿Estás seguro?
ANA: A ver si te vas a desmayar otra vez.
MANUEL: Tranquila, la tía esa no va a tener tanta suerte otra vez.
Había una semana de espera entre cada episodio del programa, una semana que el chico llevaba discutiendo y aguantando bromas de sus hermanas menores por haberse desmayado al ver como Melany castraba a uno de los “concursantes”. Y es que el programa, aparte de un exitazo de audiencia, había dado mucho que hablar, no solo entre los tres hermanos, sino en todo el mundo.
DANIELA: ¿Suerte de qué? ¿De no tener huevos? – sentenció justo antes de que comenzara el programa.
Después de ver un par de peleas en las que dos criminales mataban sin piedad a sus oponentes, apareció en pantalla otro de los asesinos. Un tipo temible que en el programa anterior había matado violentamente a otro criminal tan temible como él.
Estaba en una zona interior de la isla, rodeado de árboles y vegetación. Aún estaba amaneciendo por lo que, unido a la densa vegetación, apenas se veía. El hombre sostenía una gruesa rama como si fuera un bate de béisbol y lentamente daba vueltas sobre sí mismo, como si intentara localizar un ruido.
- ¡Sé que estás ahí, bastardo. Sal de una vez! – gruñó el energúmeno.
No hubo respuesta.
- ¡Muéstrate maldito cobarde, lucha como un hombre! – gritaba sin dejar de dar vueltas sobre sí mismo cada vez que oía el mínimo ruido a su alrededor, visiblemente nervioso.
Finalmente, en un acto desesperado, levantó la rama de ...
... árbol con ambas manos y golpeó un arbusto con un grito de furia. Pero no alcanzó a nadie y su improvisada arma quedó enganchada en el arbusto.
- Cobarde de mierda, no tienes cojones…. – gruñía intentando sacar la rama del arbusto cuando Melany lo pateó desde atrás en las pelotas.
- No, por suerte no tengo cojones.
La chica había aprovechado la postura inclinada y la separación de las piernas del tipo para patearle los testículos a placer, con todas sus fuerzas. En ese momento dieron unos minutos de publicidad.
DANIELA: UOooh… en todos los huevos! Otra vez…. – comentó la hermana de dieciséis años mirando a su hermano mayor, que intentaba disimular cuánto le molestaba que sus hermanas tuvieran razón.
ANA: Sabe muy bien dónde tiene que atacar. – añadió la de catorce años.
DANIELA: Joder, es que caen fulminados. Mira que sois patéticos los hombres.
ANA: ¿Habéis visto cómo lo ha levantado? Me ha dolido hasta a mi y eso que no tengo huevos.
MANUEL: Esa tía es una tramposa, siempre hace lo mismo.
DANIELA: Lo hace porque funciona. Es la forma más fácil de dejaros KO. Un golpe bien dado en las pelotillas y os quedáis tirados en el suelo llorando como bebés. ¿O no te acuerdas de cuando Ana te dio la patada? ¿Qué teníais, once y siete años?
ANA: ¡Claro que se acuerda! Lloraba tanto que creí que se los había reventado.
MANUEL: Entonces solo era un niño, ahora sería muy diferente, os lo aseguro.
DANIELA: Pues los tíos del programa no son niños precisamente ...