Memorias de Sandra. Primeros cuernos para Ramón - Relatos Eróticos

Memorias de Sandra. Primeros cuernos para Ramón

... semen.

https://drive.google.com/file/d/1xnVtu6F0yEP8Jp39zidpQZeo4GGwPEHM/view?usp=drive_link

Cada rincón de la casa es un testigo silencioso de la historia de amor que Ramón y yo hemos construido a lo largo de los años: una narrativa de polvos intensa, extensa y maravillosa. La rehabilitación se convirtió en un proyecto compartido, una manifestación palpable de nuestro compromiso mutuo. Aunque nuestra morada pueda considerarse modesta, está impregnada del transcurrir de cientos de felaciones, de su polla dura en cada rincón, de mi coño empapado. La satisfacción derivada de innumerables orgasmos compartidos que han dado vida erótica a cada esquina. La intimidad matrimonial, sin barreras ni límites, ha tejido una conexión aún más fuerte entre nosotros, sentirle dentro, poseyéndome, penetrando mi ano ha definiendo la esencia misma de nuestro convivir. Incluso el sótano, un rincón especial que alberga nuestra pequeña colección de vinos, cuenta su propia historia. Las botellas descansan en huecos de la pared, testigos mudos de risas compartidas y secretos susurrados. Contra esa misma pared, hemos experimentado abrazos que no conocen límites, fundiéndonos en el calor reconfortante de nuestro amor. Es un espacio donde el tiempo parece detenerse cuando me disfrazo de sirvienta sexy, uno de los disfraces favoritos de Ramón. Servirle, servilmente, como una esclava. Hacer todo, todo, todo lo que él me ...

... pida.

https://drive.google.com/file/d/19P7e8urE7wli9olNc_3Q8Ze1KvA70viM/view?usp=drive_link

Ramón trabaja en una oficina en el corazón del centro histórico de Sevilla, rodeado por el encanto de la Plaza Nueva y las estrechas calles que la rodean. Mi propia ocupación en una tienda de antigüedades en la Plaza de San Francisco añade un toque bohemio a nuestra vida.

Mi marido, Ramón, y su jefe, Julián, han desarrollado una inusual complicidad en la que las conversaciones sobre nuestro matrimonio han pasado a ser un terreno fértil de confidencias inesperadas. Pareciera que Julián se ha convertido en el confidente predilecto de Ramón, un testigo oyente de las intimidades más escabrosas. Julián ha oído por boca de mi esposo cosas tan fuertes que solo están resguardadas para la privacidad de una pareja.

En estos diálogos cómplices, sexuales y casi pornográficos, hay una chispa traviesa por parte de mi esposo, que se excita al contarlos y al notar la excitación en su jefe. Comenzó con frases casi inocentes como… “Vaya polvo que eché anoche con Sofía” “Nunca se me había puesto tan dura”

Julián le reía las gracias. Pero el hecho de que ya me conozca y que le resulte atractiva provocó mayor curiosidad en el jefe y mayor locuacidad en el empelado, mi marido.

Pasó a describirle mis tetas o mi culo y la manera en la que se la chupaba. Con cierto toque de malicia y probablemente motivado por un deseo juguetón, no ha dudado en revelar detalles totalmente íntimos: “¿Sabes que Sofía se traga toda la leche cuando me corro en su boca?” O ”Le encanta que le ...