Memorias de Sandra. Primeros cuernos para Ramón - Relatos Eróticos

Memorias de Sandra. Primeros cuernos para Ramón

... querido ser. Y que, aunque desconocida para mí hasta entonces, despertaba a una nueva e insospechada vida. El juego de poder se convertía en una experiencia reveladora, y la excitación que surgía de mi rendición a las órdenes de Julián se mezclaba con una satisfacción profunda. La de mi orgasmo y la del suyo. Ya solo quedaba el de Ramón.

De nuevo La figura de Julián se alzaba como un director de escena que guiaba los hilos de esta narrativa audaz, sentando a mi esposo y poniéndome a mí abierta sobre su piernas, pero mirándole a él.

“Córrete dentro de su coño lleno de mi semen, cornudo. Y tu , puta, limpia mi polla de los restos de la corrida” ordenó finalmente.

Mi esposo y yo obedecimos.

https://drive.google.com/file/d/1XBj4OJujoHZdh6-UwiwhP3vxrc6ZeZEG/view?usp=drive_link

Mi sumisión, lejos de ser una rendición ciega, se convertía en un acto consciente de exploración, una búsqueda de placer que desafiaba las normas preestablecidas, lamer restos de semen del jefe de mi marido mientras el pobre Ramón aceleraba temeroso de que se le denegase la eyaculación.

En el trasfondo de esta experiencia, la mirada de Ramón cruzada con la del nuevo amo al que mi boca limpiaba, se convertía en un espejo de mis propios sentimientos. Su complicidad ...

... y deleite al observar mi entrega añadían una capa adicional de satisfacción. La conexión entre nosotros se intensificaba, revelando una comprensión implícita que trascendía las palabras.

Mientras me sumergía en este torbellino de emociones, reconocía la paradoja de sentirme vulnerable y fuerte al mismo tiempo. La humillación, en lugar de debilitarme, me fortalecía al revelar capas escondidas de mi propia sensualidad y deseo.

En la gloria de esta nueva situación, explorar límites se convertía en un viaje de autodescubrimiento sentir la llegada del orgasmo de mi esposo me reconfortó de todas las humillaciones. Su polla vaciando la leche en mi interior, con la polla de Julián aún en mi boca, ya flácida, me convirtió por un instante mágico en la zorra más completa y feliz del universo.

https://drive.google.com/file/d/1hNoidIcZsttHK_1nVNmmDmFl8mHOiC-H/view?usp=drive_link

Cenamos tras el encuentro sexual. Julián ordenó que yo lo hiciese desnuda. Después bailamos antes de que nuestro invitado tuviese que irse. Al despedirnos de Julián, yo aún desnuda, sentí sus dedos acariciando de nuevo mi ano y mi coñito.

“Estar pendientes del watsap” ordenó antes de arrancar el deportivo y desaparecer por la calle empedrada del casco antiguo de Sevilla.