1. Merceditas 3


    Fecha: 17/05/2025, Categorías: Dominación / BDSM, Autor: mercedes, Fuente: TodoRelatos

    ... lengua entre en la suya. Y le dirás que vienes a probarte otro zapato tacón. Y que el beso, es una forma de agradecerle que te regaló el anterior.
    
    Haré todo eso tal como me pides.
    
    En medio de toda esa conversación se iban sucediendo varias nalgadas. Mi culo me ardía y yo no me separaba de la puerta.
    
    Salimos y fuimos a la parada del transporte. Pensé que iríamos en un taxi. Por suerte no había nadie. Solamente estábamos nosotras.
    
    Cuando vimos que venía a unas cuadras, mamá se pegó a mi, como diciéndome algo al oído, volvió a agarrar los pezones y apretó con mucha fuerza.
    
    Para que vuelvan a ponerse duros Mechita.
    
    El chofer fue el primero que me los miró. Era inevitable que eso pasara porque estaba a no más de dos metros de su cara. La miró a mamá y no dijo nada.
    
    Debe haber pensado menuda putita la hija de esta.
    
    Fui pasando entre la gente hasta casi la mitad del transporte. Una pareja que estaba delante, sentados, se fijaron en mis pezones.
    
    Sentía que un calor de vergüenza me invadía. Para colmo, mamá por detrás, me decía al oído.
    
    Esa pareja se dio cuenta de tus pezones. No te gusta eso?
    
    Luego, otro hombre que estaba a mi lado también se percató de mis pezones y no dejó de mirarlos. Con disimulo, pero no paraba de hacerlo. El chico de la pareja también lo hacía. Miraba a su esposa y cuando notaba que no se daba cuenta, me miraba las tetitas.
    
    Mi tanga ya estaba muy mojada y sentía unas gotas de flujo que caían por mis muslos.
    
    La vergüenza ...
    ... que sentía terminó por excitarme en demasía.
    
    Cuanto deseaba en ese momento haber podido correrme antes de salir. Ni pensé en que mamá lo había planeado todo a propósito.
    
    Iba a llegar al negocio tan caliente que no iba a negarme a nada.
    
    Bajamos del transporte y notaba la mirada de toda la gente que me cruzaba de frente. Algunos miraban a mamá.
    
    Varias mujeres mayores mostraban disgusto en su mirada.
    
    Que hija putita que le salió, deben haber pensado algunas.
    
    Noté que no íbamos por el camino más directo. Al menos, no había mucha gente en ese recorrido, pensé con cierto alivio.
    
    Mamá, estamos alargando por acá.
    
    Esa es la idea hija. Sigue caminando.
    
    Igual que había sucedido en el shopping ese día. Quería pasearme, exhibirme.
    
    Mamá quedó atrás, varios pasos. Todos pensarían que yo iba sola. Me di vuelta y la miré, extrañada porqué se quedaba algo lejos.
    
    Con su mirada me indicó que siguiera caminando.
    
    Comencé a recibir algunas guarradas de hombres que pasaban. Lo que había pensado como alivio, me jugó en contra. Al no haber otras personas cuando cruzaba con esos hombres, tenían la plena libertad de decirme lo que quisieran, que nadie iba a recriminarles nada al decirle guarradas sexuales a una nena. Por más putita que esta se vea así.
    
    Eso me ponía cachonda y nerviosa, sentía ambas cosas al mismo tiempo.
    
    El miedo era porque me sentía sola. Estaba mamá atrás, pero me había dejado sola.
    
    Había caminado dos cuadras ya, en esas condiciones y, recibí ...
«1234...9»