Trío bisex con un hijo y su madre - Relatos Eróticos

Trío bisex con un hijo y su madre

Lucia era mi amante. Ya teniamos una edad para andarnos con cortejos, dimes y direretes. Quedabamos para follar. A veces salíamos a cenar, antes o después y habia cierto cariño entre nosotros. Pero la nuestra era una relacion basada en el sexo.

Ella era una belleza que rondaba los 50 años, una buena figura, algo regordita, con unos pechos que debían rondar la talla 95, un poco de tripa (lo normal para nuestras edades) y una cadera generosa. Tenia una melena ondulada y negra, ojos marrones, grandes y una boca seductora.

Lucía era madre. Su hijo, Jorge, vivia entre la casa de su padre y la de Lucía. No recuerdo su edad exacta, pero creo recordad que estaba en segundo año de la universidad. Por lo que yo sabia, Lucia y él siempre habian tenido una relación cómplice, hablaban abiertamente del sexo y sus parejas.

Un sábado por la noche, Lucia y yo habíamos quedado, como de costumbre, esta vez en su casa. Nos estabamos dando un baño. Yo estaba detras, medio tumbado, con ella entre los brazos. Jugueteaba con sus pechos, acariciándolos, deslizando mis manos por su vientre, mientras ella gemia y llevaba sus dedos a mi miembro. Entre medias hablábamos en susurros.

De pronto oimos entrar a su hijo en casa. Lucía no le esperaba hasta mas tarde, ya de madrugada, según me habia dicho. Yo me senti decepcionado, pensaba que mi noche de sexo de habia ido al garete.

-Ni se te ocurra parar -me dijo al notar que habia separado las manos de sus pechos.

-Pero tu ...

... hijo...

-No te preocupes por él.

Agarró mi polla con el pulgar y el índice y comenzo a moverlos lentamente. Yo baje mi mano a su rajita y comence a acariciarla.

-¡Aaah aasíi! -exclamó.

-Shh, te va a oir tu hijo -susurré.

-Ufff...es...lo que quiero... -Giró su cabeza para besarme. Aturdido le devolví el beso. -El pobre no habrá podido mojar hoy...tendrá que conformarse con los gemidos de mamá.

Intenté decir algo, pero Lucía subió el ritmo de sus dedos y solo pude exhalar un suspiro.

-A veces nos masturbamos juntos, ¿sabes? -me dijo con sus labios aún pegados a mi boca-. Nos contamos nuestros polvos...

-Uff, ¿sí? -Me estaba poniendo muy caliente imaginándome la situación.

-Mmm y si me pilla muy cachonda le pajeo yo...y a veces se la mamo.

-Uff, ¿y cómo lo haces?

-Mira, así.

Se separó de mi, yo me levante, el agua me llegaba a la altura de los gemelos y dejé mi rabo erecto frente a su cara. Ella se acerco lentamente, volvió a sujetar mi polla con ambos dedos y acerco sus labios a mi glande. Paso su lenguita traviesa por la punta.

-Mmm hoy mami te la va a comer, le digo.

-¿Y que te responde?

-Que le encantan mis mamadas -respondió antes de abrir la boca y meterse la punta.

"Amén a eso, chaval".

Lucía comenzó a chupar muy lentamente, llevando su cabeza hacia delante y atrás, mientras movía su mano. Yo acariciaba su pelo, dejándome hacer. Ella gemia mucho, exageradamente, para que su hijo la oyese, supuse.

-¿Se la estará ...