Trío bisex con un hijo y su madre - Relatos Eróticos

Trío bisex con un hijo y su madre

... cascando?

-Seguramente -contestó cuando se sacó mi rabo de la boca.

-¿Y si vamos y le invitamos? -¿Cuándo va a tener uno la oportunidad de montarse un trío con madre e hijo?

-¿Lo dices en serio? -En su voz vibraba la excitacion.

-¡Vamos!

Salí de la bañera y comencé a secarme. Ella me imitó y, entre medias, nos besábamos. Salimos del baño y caminamos hacia la habitación de Jorge. Yo acariciaba su culo y ella me mordía el cuello. Entramos sin llamar. El chaval pegó un respingo al vernos y farfulló alguna excusa. Era delgado, algo fibrado, moreno como su madre, con el pelo corto. Tammbién había heredado sus ojos.

Estaba desnudo de cintura para abajo y podia ver su glande brillando por el líquido preseminal. Lucía se puso de rodillas en su cama frente a él, mordiendose el labio, yo de pie a su lado.

-Mira como la he dejado de mojadita para ti, chaval -dije acariciando su coñito. Subí los dedos hacia su boca, Lucía los lamió viciosa con la mirada fija en su hijo.

-Ven, cariño -dijo ella.

Jorge se acercó a su madre. Lucía le tumbó suavemente bocaarriba y se puso de rodillas sobre su boca.

-Asíii, cómete a mami.

Jorge lamió la rajita de Lucía, acariciaba sus muslos y emitía sonidos con la boca. Lucia jadeaba como una perrita, excitada. Alargó la mano para pajearme, mientas yo sobaba sus pechos.

No tardé mucho en ser yo el que extendiese la mano hacia el pene de Jorge. Aquel miembro latiendo me excitaba. Lo sujete con el pulgar, el índice y el ...

... corazon y lo moví muy lentamente. Notaba en la yema de mis dedos sus palpitaciones. Enterrado en el coñito de su madre, Jorge gemía.

-¿Te gusta su polla? -Me preguntó Lucia entre jadeos.

-Me encanta.

-¿Se la estás poniendo dura para mi?

-Ya la tiene muy dura.

-Uff...déjame ver.

Lucía se agachó sobre el miembro de su hijo, unió su mano a la mía y, lentamente, empezó a comérselo. Yo no me quedé quieto, me puse de rodillas frente a ella y junte mi polla con la de Jorge. Lucía apretó los dos rabos con suavidad en su mano, con la lengua fuera, fue lamiendo uno y otro mientras jadeaba.

-Joder...que...mmm...pollaas...-decía entre medias.

Jorge y yo gemíamos al sentir la lenguita traviesa de su madre entre ambos. De vez en cuando abría mucho la boca para meter ambas puntas dentro. Sentir su boca cálida y humeda y el roce del glande de Jorge en el mío me volvía loco. Por los gemidos del chaval, supuse que a él también. Sentí como Lucía se estremecía con la boca llena. Ya la conocía lo suficiente como para saber cuándo se corría.

-Venga, Jorge, es hora de follarse a mami -dije.

Ambos gimieron excitados. Lucía se tumbó bocarriba en la cama y abrió sus piernas. Jorge se incorporó para acercarse a ella. Su torso juvenil brillaba con el sudor, sus abdominales estaban marcados. Nos miramos fijamente con deseo durante un instante. Me acerqué a él y le besé en la boca. Él me respondió con la lengua, noté su mano aferrando mis nalgas. Yo me pegué a él para frotar mi ...