Mi yerno le pide a mi hija que hagamos un trío
Fecha: 22/05/2025,
Categorías:
Incesto
Autor: Juan, Fuente: TodoRelatos
... el culo a su marido, compró uno de talla pequeña, ya habría tiempo si le gustaba de cambiarlo por otro mayor.
Desde que el Dr Mortimer lo desarrolló para estimular a pacientes con déficit nerviosos, hacía más de cien años, los consoladores habían experimentado una gran evolución en forma, colores, materiales, etc. Se decantó por uno de color piel caucásica, y que acababa en una forma que imitaba los dos huevos.
Quería ejercitarse conmigo para ver como se debía manejar. Ya que iba a ser su conejillo de indias, quería que disfrutara mi conejillo como el de una indiana. Decidí probar otra postura, me tumbé sobre la cama y me puse un cojín bajo mi cintura para elevar la entrada al ano. Con el mismo cariño que nos unimos sin necesidad de arneses, me embadurné bien de lubricante, le ofrecí mi culito y ella, despacio, lentamente fue acercándose.
—No es sencillo manejar esto.
—Cógela con las dos manos. Apunta al centro, yo le ayudaré a entrar.
No necesitó pedirme que me abriera, yo sola me fui abriendo y abriendo, hasta que situé mis piernas sobre sus hombros a las que ella se abrazó.
—Bombea con la cintura cariño,.
Afortunadamente mi culito ya había dilatado de forma permanentemente después de llevar varias folladas por atrás, y era capaz de tragarse una polla de 20 si fuera necesario así que el tamaño que había elegido entró sin necesidad de que me estimulara. Fui notando la elevación de su ritmo, como la del mío cuando retorciéndose se agarraba a mi pecho. ...
... Me habría gustado tener una polla natural en ese momento pero me excitaba también así.
Mi excitación iba en aumento a la par que la suya, y desconocía si ella sería capaz de correrse portando esa polla y teniendo su órgano usado de manera pasiva. Cuando me corrí, solo deseaba besarla, acariciarla, no quería dejarla sin terminar. Le quité el arnés, me lo fijé a la cintura, la tumbé y le pedí que se abriera.
—Abrete cielo. Ahora es mi momento —dije estimulando su clítoris a la vez.
—Fóllame mami.... Te quiero.
Inserté mi polla fija a través de su coñito, en una posición que me permitía cogerle sus tetas que me encantaban, lamerle una oreja, agarrada por su cintura, golpear en su clítoris, mientras sentía que su coño se abría de par en par. Ya no gemía, gritaba.
—Dame más mamá, necesito más polla, no quiero parar.
Estaba excitada, motivada, sometida, yo entré en trance, cuando la oí gritar. Se alzó para ofrecerme su boca, la besé, y me corrí de nuevo, mirando su preciosa cara y acariciando su generoso pecho.
Ella alcanzó el orgasmo por primera vez con una polla artificial pero manejada con cariño por una piloto de pollas, nueva especialidad que había descubierto. A cambio yo me llevé dos orgasmos maravillosos con mi hija.
Beltrán estaba loco por que llegara esa noche que le había ofrecido su mujer pero queríamos que fuera una sorpresa. Me preocupaba el día después, como nos seguiríamos relacionando en la vida diaria.
Siempre pendiente de los detalles, ...