Como mi amiga me transformó.
Fecha: 24/05/2025,
Categorías:
Dominación / BDSM,
Gays
Transexuales
Autor: Martehijodejupiter, Fuente: SexoSinTabues30
Como mi amiga me transformó.
Recién yo había llegado de la provincia, en donde me dedicaba a las labores del campo, después de buscar a unos parientes, para quedarme a vivir con ellos, y al no encontrarlos, no me quedó más remedio que salir a reconocer la ciudad. Fue cuando conocí y un tipo algo viejo, que me invitó a una cervecería, pero cuando ya estábamos a punto de comenzar a beber, llegó otro chico como de mi edad, se dieron un beso, y el viejo se marchó con el recién llegado, por lo que me quedé solo, pensando que esos dos eran maricones. Ya estaba por irme del bar, porque ni para beberme una cerveza tenía, cuando apareció una linda chica, que de la nada se puso a conversar conmigo, y hasta me invitó varías cervezas, después de que le comenté mi desesperada situación. Después de estar hablando y bailando ella, por casi toda la noche, me dijo. “Si quieres acompáñame a mi apartamento, pero antes de que te montes en mi auto, quiero sepas, que soy un travesti, gay, y versátil” … La verdad es que no le entendí ni papa de lo que me dijo. Es más, por la cara que debí haber puesto, de seguro ella se dio cuenta de que yo no le había entendido nada, de inmediato dándome la espalda, se levantó su minifalda, en ese momento, no supe como lo hizo, pero se puso a orinar de pie, justo al lado de su auto. Lo que me sorprendió, porque yo tenía entendido que todas las mujeres orinaban agachadas, la cara de asombro que puse debió ser tremenda, pero aun y así, cuando me volvió a ...
... preguntar, si la quería acompañar, le dije que sí, ya que la verdad es que no tenía donde pasar la noche. De camino a su casa le comenté, que aparte de que era la primera vez que hablaba con una persona como ella, tampoco tenía donde quedarme a dormir. Al parecer como que yo le había caído bien, me llevó a su apartamento, al llegar, me ofreció un trago, mientras que ella decidió ponerme algo más cómoda. Cuando regresó a la sala, tan solo con un transparente camisón de encajes, como los que usan las chicas, que salen en las revistas que tiene el dueño de la finca, donde yo trabajaba, me prestaba. Me encontró ojeando un álbum de fotos de ella, en las que en todas salía en provocativas poses, una vez en que seguimos charlando, yo me moría por las ganas de acostarme con ella, pero no me atrevía ni tan siquiera a insinuárselo, ya que, en mi vida, realmente nunca había estado con una mujer, y hasta esos momentos lo único que yo sabía del sexo, era hacerme la paja, viendo las revistas que el dueño de la finca me prestaba. Por lo que, ni pensar en tratar de obligarla, porque la verdad es que, es mucho más alta y atlética que yo. Ella con toda intensión me dejó ver sus paradas tetas, mientras hablábamos de todo un poco, de momento tomó asiento en el sillón en que yo estaba sentado, pero en todo momento, con alguna de sus manos tapaba aquella cosa entre sus piernas. Aunque yo la había visto orinando de pie junto a su auto, después me comentó que pensó que debía seguir manteniendo en mí la ...