Reconvertirnos en otros - Relatos Eróticos

Reconvertirnos en otros

... su función.

—Es un poco raro, lo sé, tú directamente entrarás en Toñi cuando la acaricie un poco. —Es tontería, pero no quería decir cuando la caliente por no herir la sensibilidad de Toñi— Si queréis pasamos al dormitorio y nos desnudamos. —Arranqué y me siguieron.

En el dormitorio comencé a desvestirme para dar ejemplo, ellos me siguieron, cuando Germán se quitó los boxer Toñi miró pero el pene todavía estaba prácticamente en reposo. Ni que decir que él no quitó ojo a la desvestida de Toñi que lo hacía dándole la espalda, el culo de Toñi es perfecto, así que estaría babeando. Me tumbé el primero en la cama y coloqué a Toñi encima de espaldas a mi, mis piernas las abrí mucho para que no rozaran a Germán cuando se uniera. Besé a Toñi en el cuello y le acaricié suavemente las tetas. Toñi respiraba agitada mirando como crecía el pene de German. Le animé a subir.

—Quizás estemos más cómodos si te arrodillas o te sientas entre las piernas de Toñi. —Se sentó quedando el pene a centímetros del coño de Toñi, la cercanía ayudó a que terminase de crecer. Yo para entonces acariciaba el clítoris de Toñi, antes había cogido secreción de la vagina para suavizar las caricias.

—¿Crees que estás preparada para que te la meta? —Le dije al oído sin importarme que lo oyese Germán, Toñi asintió con la cabeza, temblaba un poco y Germám se cogió su pene con la mano y empezó a introducirlo, Toñi pegó un gritito, me tenía cogida una mano y me la apretó; la polla de Germán era, quizás ...

... un poco más gorda que la mía, no mucho, y la vagina de toñi era más bien tendente a estrecha por lo cual entraba lento, yo, y Toñi, veíamos perfectamente con toda la atención como entraba. Toñi, naturalmente, lo sentiría. Una vez pasado el glande Germán se fue para atrás para sin terminar de sacarla avanzar y retroceder varias veces. Toñi se puso a gemir y mi pene situado en la espalda de Toñi se puso como garrote. Mientras tanto, como Germán la follaba separado de cuerpo yo seguía acariciando despacito, en círculo el clítoris.

—¿Te gusta estar en el coño de Toñi? —le dije con voz algo temblona.

—Me encanta, noto las paredes de tu vaginita húmedas y me encanta que sean tan estrechas, tengo muchas ganas de meterla entera, me gusta mucho, Toñi.

—Puedes correrte dentro. ¿Verdad? —para la pregunta miré a Toñi que estaba disfrutando— ¿Y a ti te gusta sentir el pene de Germán?

—Síii, creo que no tardaré en correrme ¿Te importa? —La voz le temblaba y las palabras estaban entrecortadas, dirigió la boca a mi oreja y en voz muy baja y temblona me dijo:— ¿Puedes pedirle que me bese? Ahhh ahhh. —Germán estaba llegando al fondo y volvía para atrás, en la siguiente vez se apretó a Toñi para llegar al fondo del todo y se quedó quieto apretando nientras Toñi lo acusaba gimiendo.

—Toñi me dice que si la puedes besar. —No me contestó, inclinó su cuerpo, yo retiré la mano para evitar el cuerpo de él y tras unos acercamientos en los labios abrió la boca y comenzaron a besarse con ...