Mi novia Carla (11) - Relatos Eróticos

Mi novia Carla (11)

... bien, que lo sepas, pero es que este fin de semana él y yo hemos llegado a la conclusión de que a partir de ahora vamos a llevar una relación liberal así que por eso le he dicho que si te quería escribir que no iba a poner ningún problema

- (Mónica): Vaya, esto sí que no lo esperaba Carla, pero no te voy a mentir, me alegro que sea así porque tenía muchas ganas de hacer esto

Y con esto se refería a besarme con pasión delante de Carla, algo que yo no esperaba, pero a lo que respondí de la misma forma a Mónica porque es lo que me apetecía en ese momento, aunque, extrañamente, Carla no se escandalizó y cuando acabó el beso, la miré y se estaba mordiendo el labio con cara de lujuria para, a continuación, decirme:

- (Carla): Ven aquí Antonio, bésame a mí también

Y eso hice, repetí la acción, pero esta vez con Carla mientras que Mónica ponía una gran sonrisa.

- (Mónica): ¿Eres consciente de la suerte que tienes ahora mismo Antonio?

- (Antonio): Puff creo que no

- (Mónica): Pues déjame que lo demuestre

Dicho eso, se llevó las manos a la espalda y se desató el nudo del sujetador para dejar a la vista aquellas dos bestias de la naturaleza coronadas con dos pezones rosados preciosos y dejarme a mí completamente desencajado, a pesar de haberlas visto el día anterior, y sin saber qué decir.

- (Carla): Joder Mónica, son impresionantes, creo que a Antonio le han causado la misma impresión

- (Mónica): Jajaja pues espérate a que haga esto

“Con hacer esto” se ...

... refería a levantarse, desabrocharse el short y dejarlo caer entre sus pies para dejar a la vista aquel culazo enfundado únicamente en un tanga negro que le tapaba bastante poco de su culo.

En ese preciso momento, mi polla acabó de erigirse y abultó por completo mi bañador sin que yo pudiera esconder dicha erección, algo de lo que las dos chicas se dieron cuenta y de lo que se empezaron a reír exageradamente así que a mí no me quedó más remedio que ir a darme otro baño para intentar calmarme un poco.

Y aquel baño hizo el efecto deseado, se me bajó un poco la erección y pude comprobar como aquellas dos bellezas no dejaban de hablar entre sí, de reírse y de señalarme desde las toallas, acción de la que yo me cansé al rato y que les recriminé en cuanto salí del agua de nuevo con un “ya os vale, ¿no tenéis más tema de conversación que no sea yo?”

- (Carla): Imposible Antonio, aunque si quieres podemos relajarnos un rato y comemos

- (Antonio): Está bien, vamos a comer

- (Mónica): ¡Qué buena idea!, tengo mucha hambre

Por supuesto, aquella frase la dijo dedicándome una mirada bastante guarra que pudimos ver tanto Carla como yo, pero no dijimos nada y nos pusimos a comer y a contarnos un poco nuestra vida. Una conversación donde Mónica dijo que era huérfana, que tenía dos trabajos, que estaba intentando retomar el tema de estudiar, etc mientras que Carla, de forma más tranquila que antes, le contó lo de nuestros juegos, lo de la noche anterior y demás.

Y así, tras ...