Mi novia Carla (11) - Relatos Eróticos

Mi novia Carla (11)

... pack de comida así que a las 12 y cuarto más o menos estábamos pisando la playa de Bolonia donde, todo hay que decirlo, no había mucha gente a pesar de que el día estaba bastante bien y habría unos 25 grados de temperatura ideales para tomar el sol y estar tirado en la playa, por lo que buscamos un sitio ubicado entre el acceso a la playa y la propia duna de Bolonia y nos establecimos.

Todo aquel que conozca la playa sabe que esa zona intermedia entre la duna y el acceso a la playa no está muy concurrida en verano así que en esa época del año y a esa hora de la mañana éramos los únicos que estábamos en esa zona, algo ideal para lo que se me estaba ocurriendo porque sacamos las toallas y nos tiramos en ellas.

En cuanto extendimos las toallas, Carla se deshizo de la camiseta y dejó a la vista aquel cuerpazo enfundado en aquel bikini y marcando culazo tal y como a mí me gustaba, cosa que ella sabía porque se sentó a mi lado y se puso las gafas de sol mientras me dedicaba una sonrisa.

- Bueno Carlita, ya estamos aquí y encima tenemos casi toda la playa para nosotros, ¿no te parece?

- Mmm la verdad es que sí, el día está para disfrutar de la playa Antonio y pienso hacerlo, te lo aseguro

- Jajaja yo también pienso hacerlo y como hoy me has dado permiso para que te diga otra vez lo que te tienes que poner pues quiero que te quites el sujetador ahora mismo

- Jajajajajaja ya te vale Antonio, no has tardado ni un minuto en pedirme que enseñe las tetas

- Me has dado ...

... ese poder Carla así que tienes que cumplir lo que te pido

Con una cara de “me tienes harta” se llevó las manos a la espalda, se desabrochó el nudo del sujetador y dejó a la vista aquellas tetas que tanto me gustaban, pero sobre todo dejó a la vista de cualquiera la estampa de aquel cuerpo tan sexy cubierto únicamente por la braga del bikini y las gafas de sol, nada más, así que como os podéis imaginar mi polla reaccionó y se me puso dura al instante porque no podía evitarlo.

Por su parte, Carla parecía estar tan tranquila haciendo topless y así lo demostró apoyando sus manos por detrás de su espalda y curvando su cuerpo de manera que sacaba pecho hacia adelante y dejaba una estampa increíble para cualquiera que pasara por delante.

Y así pasó porque había gente que iba y venía caminando de la duna hacia la zona de acceso a la playa así que tanto hombres como mujeres le echaban una mirada de refilón a Carla sin ningún tipo de problema, pero a ella no parecía importarle nada en absoluto.

Durante un rato, estuvimos en aquella posición relajada mirando hacia el mar y sin decir apenas nada hasta que a mí se me ocurrió comentarle a Carla que quería escribirle a Mónica para que se uniera a nosotros.

- ¿Cómo dicesss Antonio?, ¿he escuchado bien?

- Has escuchado perfectamente, quiero que Mónica venga aquí a hacerte la competencia y a enseñar esas dos tetazas que tiene

- Pues sí que te vas a tomar en serio lo de Mónica

- Ni lo dudes

- Vale, está bien Antonio, ...