Capturada por la guerrilla (2) - Relatos Eróticos

Capturada por la guerrilla (2)

... en sus brazos como el dolor profundo en su ingle.

La puerta de tablones se cerró con un ruido sordo detrás de ella, dejándola sola en la calurosa y fétida oscuridad.

Con la luz del día, la puerta se abrió y dos de los guardias que la noche anterior le habían abierto las piernas para la violación entraron pavoneándose y la arrastraron hasta ponerla de pie.

- “El coronel te quiere ahora... Será mejor que tengas muchas buenas respuestas para él o si no…”

Ambos se rieron a carcajadas mientras usaban un trozo de cuerda delgada para atarle las muñecas frente a ella, disfrutando de sus terrores mientras ella intentaba no pensar en las torturas que vendrían.

Continuaron atormentando a Emma con comentarios groseros mientras la arrastraban a través del complejo como si fuera un animal atado con correa, tambaleándose y trotando para mantener el ritmo... Se puso roja de vergüenza cuando otros soldados se unieron a los comentarios burlones.

Caminó tropezando por el terreno accidentado hasta llegar a la más grande de las cabañas... No había nada que pudiera hacer para evitar que sus pechos rebotaran y se movieran salvajemente, proporcionando otro espectáculo humillante para los soldados que descansaban en la entrada de la cabaña.

En el interior había toscos bancos de troncos alrededor de las paredes, pero el área central estaba despejada.

Contra la pared del fondo había un grupo de sillas de oficina con armazón de acero y un escritorio de metal destartalado ...

... que parecía totalmente fuera de lugar.

Detrás del escritorio, Emma pudo ver un mapa militar detallado de la zona clavado en la pared de tablas... Un hombre, de mediana edad, delgado y muy en forma, vestido con pantalones de camuflaje y una chaqueta con la insignia de coronel, estaba sentado detrás del escritorio hojeando los papeles esparcidos por encima.

Un par de guardias más se apoyaban contra la pared junto al mapa.

El hombre sentado al escritorio terminó de leer, levantó la vista y estudió a la joven rubia americana con una expresión de cruel anticipación.

Uno de los guardias lanzó la cuerda de su muñeca por encima de una viga del techo.

El hombre señaló con el pulgar hacia arriba y, sin previo aviso, la cuerda se tensó... El guardia continuó tirando hasta que los brazos de Emma estuvieron completamente estirados y la obligaron a ponerse sobre las puntas de los pies, luchando para mantener el equilibrio en el suelo de tierra irregular.

El coronel rebelde se acercó a Emma... Ella jadeó en estado de shock cuando él alargó la mano y acarició sus pezones rosados ​​muy suavemente, sonriendo mientras se endurecían bajo la caricia.

- “Soy el coronel Teboho... Como tú, trabajo también en inteligencia.. El general está muy satisfecho con la información que nos proporcionó ese maletín... Sin embargo, los documentos omiten los códigos de seguridad y las claves de radio... El General me ha pedido que me los darías tú... Entonces, para ahorrarte una molestia ...