1. Irene y sus primos


    Fecha: 02/06/2025, Categorías: Incesto Autor: Montes Federico, Fuente: CuentoRelatos

    ... esto tan lindo no se cortara. Lo sentí bajarse y al rato su lengua me jugaba en mi conchita, mis piernas se abrieron solas para permitirle llegar más cómodo. Era la primera vez que algo que no fueran mis dedos tocaban ahí y no era algo cualquiera, era Julián el que me besaba y lamía. A esa altura podía hacer lo que quisiera conmigo.
    
    Me acariciaba las piernas, subía sus manos para pellizcar mis pezones o me abría la conchita para lamer mi botoncito . Creo que le apreté de más sus rulos de excitada que estaba porque paró un rato, me dio un beso y me dijo “suavecito” para bajar a seguir con sus caricias y sus lamidas. De pronto, sentí un dedo jugando apenas dentro de mí para después ir profundizando su recorrido y al rato estar acompañado por otro más y entre los dos me acariciaban por dentro. Me moría de placer sintiéndolos en mi interior, fui calentándome cada vez más y moviendo sin control mi pelvis acompañando sus caricias, hasta que una corriente eléctrica me atravesó, me hizo tensar toda y gemí y creo que lloré mientras llegaba al paraíso.
    
    Se acostó a mi lado y esperó un rato mientras me besaba suavemente, volvió a abrazarme y llevó una de mis manos a su miembro. Mis dedos, por voluntad propia se cerraron sobre ese palpitante trozo mientras pensaba “¡¡Mi Dios, esto no puede caber dentro mío!!”, pero sin atreverme a decir ni una palabra. Me quitó la mano y me dijo que se iba a poner un forro (yo guarde silencio por no saber ni que decir) y al rato se puso sobre ...
    ... mí mientras que delicadamente me abría las piernas. De pronto, sentí algo duro presionando suavemente contra mi agujerito mientras el se movía acariciándolo con su pija. Yo cerré los ojos y de pronto, con un pequeño dolor (bueno, no tan pequeño) y una cierta incomodidad, sentí que algo había entrado en mí.
    
    De a poco el calor y las ganas le ganaron a todo y mi vagina fue aflojándose para recibirlo todo dentro mio. Julián tuvo la ternura de esperarme paciente hasta que me aflojé y así perdí mi virginidad y sentí por primera vez la delicia de ser penetrada. Se quedó quieto un rato. Yo ni abrí la boca, solo quería que se quede ahí dentro para siempre. Cuando empezó a moverse despacito, un calor y un goce enorme me recorrieron el cuerpo, lo abracé, me pegué a él, cerré los ojos y solo disfruté el encanto del sexo. Fui perdiendo contacto con la realidad, envuelta en una nube de sensaciones y pulsiones y una nueva corriente me hizo abrazarlo y gritar, gemir y jadear al mismo tiempo.
    
    Después, todo mi cuerpo se aflojó. Julián me dio un beso profundo de lengua y yo respondí con ganas (y las fuerzas que me quedaban). Salió dentro de mi y debo haber puesto cara de decepción, porque me hizo un “shh” para callarme, me puso de costado dándole la espalda, se acomodó detrás mío y volvió a penetrarme en cucharita. Mi cara sonrió hasta con las pestañas. En esa posición estuvo saliendo y entrando de mí mientras yo gozaba y disfrutaba esa maravilla.
    
    - “Quedate quietita”, me dijo, al ...