Dos pares de gemelas (16)
Fecha: 07/06/2025,
Categorías:
Incesto
Autor: tauro47, Fuente: TodoRelatos
... procuró que al quitarle el sujetador,“esponjó” las tetas para soltarlas, dejándolas más libres.
Abrió su cama y nos invitó a subir, pero ella no se quedó atrás, dejándome al medio entre las dos. Yo ya tuve una experiencia parecida con Susa y su madre que me encantó, pero no esperaba eso de Soledad, y la encontré muy generosa con los dos, ella ejercía de anfitriona y nos fue acariciando simultáneamente provocando que nosotros nos fuéramos animando como si fuera la primera vez.
En realidad casi era así, para Elsa era toda una experiencia volver a estar en mis brazos y más con el beneplácito de Soledad, su amiga del alma. Soledad prefirió estar en un segundo plano, ella animaba a Elsa a hacer lo que sabía que le gustaba y a mí para que le fuera subiendo a las nubes.
Cuando el ambiente estaba bastante caldeado, Soledad se incorporó a la“fiesta” y mientras Elsa me comía la polla Soledad me abrazó, y me besó de una manera que le repercutió a Elsa, haciéndole dar unas arcadas que le obligaron a abrir la boca hasta el máximo.
A partir de ahí todos nos entregamos al placer, yo que ya venía templado de casa de Teresa disfruté de las dos mujeres deseosas de polla, era una locura no saber de quién eran las manos, las tetas o los coños en ningún momento, las dos se cumplimentaron para no dejar de darme placer a la vez que disfrutaban del que yo les proporcionaba.
Las sábanas se remolinaron, y ya sobre el colchón, sin miramientos follamos hasta quedar extenuados. Para Elsa ...
... era saldar su penitencia y yo por otorgarle la paz. Estuvimos más de una hora follando y retozando, se les veía felices a las dos, mi prima daba la impresión de que cualquier caricia o lamida la saboreaba con mucha más dedicación, posiblemente comparara con lo que había recibido últimamente.
En la habitación resonaron los gemidos y jadeos de ambas, unas veces al unísono y otras ocasionales, yo también demostré con mis gruñidos que estaba entregado a ellas procurándoles los máximos placeres.
Cuando volví a la tienda Fina me lo notó, lo que no sabía quien había sido la afortunada, no se lo quise decir y la tuve toda la mañana detrás de mí insistiéndome para que le contara el motivo de mi“flojera”.
Se lo tuve que decir a la fuerza, en un momento que bajé a mi despacho en el sótano ella vino y sin más se sentó en mis piernas en el sillón de director, me abrazó y me estuvo oliendo por si adivinaba el aroma de mujer y si era conocido.
Entre bromas y risas me olía por todos lados, incluso se arrodilló y me bajó la bragueta para investigar la procedencia del aroma, lo único que pudo descifrar fue que había una mezcla de olores entre los cuales se destacaban los de dos coños y dos perfumes diferentes. De rabia, por no poder descubrir mi secreto, se metió la polla en la boca sin ningún éxito, ya que estaba demasiado exprimida.
Aquella noche procuré acostarme pronto, y antes le conté a Susa que había estado con su madre, le conté lo triste que estaba pero no le dije nada ...