Go tigers! 2
Fecha: 09/06/2025,
Categorías:
Incesto
Autor: ElFantasmaRojo, Fuente: TodoRelatos
Jorge no podía esperar el momento para ver todas las fotografías que había hurtado del ordenador de su hija, pero sabía que tenía que ser muy cuidadoso. Mayte no solía revisar su usuario en el ordenador, pero no quería delatarse. Le intrigaba, sobre todo, los videos de hombres mayores que encontró y supuso que en determinado momento, ella estaría dispuesta a acostarse con él. Jamás vio algún indicio de su parte ni se imaginó que podía tener sexo con ella, hasta que entró al equipo de volibol y la vio con el uniforme puesto por primera vez.
Abrió la carpeta y de inmediato se concentró en las imágenes. No supo en que momento se había convertido en una mujer tan atractiva, inclusive más que su madre, que también tenia lo suyo. Mayte tenía caderas generosas y cintura delgada, una característica de las mujeres de su familia, y sus pechos no eran tan grandes con los de su hija. A su corta edad, fácilmente era unas 2 tallas más que ella, cosa que comprobó mientras veía cada imagen detenidamente, casi saboreando los pliegues y formas naturales de su cuerpo.
No había nada obsceno o que rayara propiamente en la pornografía. Solo era ella, algunas veces en topless, o mostrando sus nalgas escondidas en “cacheteros” o pequeños pantys. Aquellas prendas ajustadas despertaron en él un deseo que rayaba en lo incontrolable y que desconocía hasta ahora. Ni siquiera su esposa le había estimulado la libido tanto como lo hacía su hija, y aunque en ocasiones ella se vestía para él con ...
... pequeños conjuntos de encaje o babydolls, no era lo mismo. Necesitaba hacerla suya. Se masturbó frente a la pantalla y no tardó mucho en correrse.
Cerca de las 6 de la tarde llegaron su hija y su madre. Mayte tenia un compromiso con su abuela, por lo que los dejaría solos hasta la noche; Jorge tuvo una erección que le costó disimular.
Después de comer, Victoria le pidió que le untara nuevamente el ungüento, cosa que había olvidado hasta ahora. Se había rehusado a que su madre lo hiciera por que él sabía cómo, y después de despedir a Mayte, fue a su habitación. Al igual que el día anterior, Victoria se acostó en la cama separando las piernas. Llevaba una camiseta y shorts muy holgados que dibujaban sus formas perfectamente; Jorge vio su cuerpo y de inmediato comenzó a tener una erección. Aquel momento era casi perfecto para tener intimidad, y en su mente solo estaba la idea de hacerla suya tan frenéticamente como lo hacia con su madre. Tomó bastante ungüento mientras su hija lo miraba expectante y comenzó a frotar delicadamente su muslo. Al sentir sus manos en su piel, cerró los ojos y se relajó por completo, disfrutando aquel masaje que, más que curativo, se sentía prohibido. Los ojos de su padre recorrían su cuerpo y ponía especial atención en sus pechos, que caían relajadamente a sus costados y que se movían discretamente con el movimiento de sus manos.
Nuevamente, comenzó a llevar las manos más allá de los límites del propio masaje y notó como la respiración de su hija ...