Go tigers! 2
Fecha: 09/06/2025,
Categorías:
Incesto
Autor: ElFantasmaRojo, Fuente: TodoRelatos
... empezó a hacerse mas pausada y profunda. Lentamente, ella misma se fue levantando el short de tal manera que el muslo quedó totalmente expuesto y Jorge se petrificó: no llevaba ropa interior.
La tela marcó perfectamente su entrepierna, dibujando la forma de su vagina totalmente depilada. No se veía un solo vello y la piel de la zona era más clara que el resto de su cuerpo. Aquello era una insinuación casi descarada a su padre, quien no supo como reaccionar, y solo atinó a seguir moviendo las manos sin quitare la vista de la vulva; ella continuaba con los ojos cerrados como si no supiera lo que estaba pasando. Conforme iba subiendo, fue metiendo los dedos debajo de la tela del short cada vez más, hasta casi llegar a su vientre, y luego baja nuevamente hasta llegar a la rodilla. Jorge sentía el pene punzarle en los pantalones y quería tocarse, o mejor aún, tomar la mano de su hija y dirigirla hasta su bragueta, pero no se atrevía. Aquello que pensaba era horrible y lo sabía, pero no podía apartar la imagen de su hija tocándose, y quería ser él quien le propiciara placer. Fue llevando el masaje a los costados, rozando nuevamente su entrepierna con los nudillos, sintiendo la calidez que emanaba su vagina cada vez que se acercaba.
Se fue inclinando más sobre ella hasta casi poder oler su piel. Victoria, al igual que su padre, se estaba excitando con su tacto, que estas alturas, ya era lascivo. Sabía lo que estaba pasando, pero era tan placentero y excitante que no quería ...
... darse cuenta que se estaban desdibujando los límites de su relación y ella lo estaba propiciando.
Nuevamente sus manos alcanzaron su entrepierna y su hija se mordió ligeramente el labio inferior. Jorge reconoció aquel gesto y de inmediato supo que su hija estaba excitada. Abrió bien las manos hasta tocar con las puntas de los dedos parte de su vulva y Victoria suspiró. Agitaba ligeramente las piernas cuando la tocaba tan cerca e instintivamente movía sus caderas. Jorge no pudo contenerse más y, cegado por el instinto, metió la mano por debajo de la tela hasta llegar a su vagina. Victoria dio un respingo pero no hizo nada, y solo dejó escapar un ligero jadeo. Inmediatamente se le endurecieron los pezones y su padre lo notó, así que concentró el masaje ahora en la vulva con la mano completamente extendida. Los jadeos se convirtieron en ligeros gemidos conforme presionaba con más fuerza su húmeda entrepierna. Victoria abrió completamente las piernas y se inclinó para ver a su padre, que no despegaba los ojos de la blancura de su piel. Ya sin ataduras, le metió dos dedos y acarició con el pulgar el pequeño clítoris que se asomaba entre sus labios, arrancándole un agudo gemido.
Jorge estaba ensimismado con la voz de su hija, que al igual que su rostro, se habían transformado por el placer. Apartó la prenda bruscamente con la mano y acercó la cara para darle un fuerte lengüetazo en la vagina. Victoria gimió nuevamente y se llevó las manos a los pechos, que purgaban por salir de ...