1. A pesar de sus insultos, terminó cogiéndome


    Fecha: 11/06/2025, Categorías: Gays Autor: Cintia, Fuente: TodoRelatos

    ... dejaba de masturbarme.
    
    Antes de la hora, creo, comenzó a tocarme nuevamente, separando mis glúteos hasta comenzar a introducir su dedo en mi ano, donde mi respiración entrecortada, se fue incrementando, introduciendo sus dedos en mi esfínter, desplazándose, con la ayuda del gel que me había vertido anteriormente.
    
    La penetración con sus dedos, era cada vez más excitante, percibiendo como se iban enterrando, gracias a su habilidad y la lubricación previa, mi verga estaba nuevamente erguida, más que erguida, al punto que no pude contenerme, comenzando a pajearme cada vez más.
    
    Saco los dedos, metiéndome su pija, rápidamente, volviendo a follarme, mientras me pajeaba, su pelvis chocaba contra mis glúteos, produciendo ese sonido especial en el encuentro de carnes. Cuando su verga tocó fondo en mí y sentí claramente cómo sus tibios jugos, iban regando mis intestinos, el temblaba, se retorcía apretando mis pechos y pellizcando mis pezones, se convulsionaba y temblaba como un poseído, gruñendo con cada disparo que salía de su verga, y de pronto se desplomó sobre mi espalda, abrazándome exhausto y sudoroso, pero sin sacar su miembro de mi adolorida funda.
    
    Prácticamente acabamos juntos, nos quedamos remoloneando un rato, me insistió en que me quedara, pero era cerca de las tres de la mañana.
    
    Mientras iba a mi casa, pensaba en lo que había hecho, si bien estaba bastante apaciguado, cuando iba por arribar mi hogar, a pesar que me dolía la parte afectada, desee tenerlo ...
    ... otra vez en mi interior, comprendí, que era como si fuese una droga,
    
    Dos días después al salir de la casa de mi amigo, me quede cerca del taller, hasta que lo vi, me acerque, tomándome de la mano, haciéndome entrar, nos besamos, intentando sacar mi ropa, trate de impedirlo, pero ante su insistencia fui cediendo. Le dije:
    
    “Podemos hacerlo otro día en mi casa”
    
    “Quiero cogerte ahora, lindo” Respondió, mientras continuaba quitándome la ropa, no deteniéndose hasta dejarme desnudo, saco su verga, colocándome en posición de perrito, para introducir su erecta pija, llenándome de placer, con el temor de que apareciese su padre, donde la adrenalina se fusionaba con mi excitación, acabando en contados minutos.
    
    Mientras me vestía, le comenté que mis padres, ese sábado se iban a una fiesta, si quería venir a verme, aceptando inmediatamente.
    
    Cerca de la 9 de la noche del día previsto llego, estaba perfumado, no sabía bien que ponerme para recibirlo, optando a último momento, ponerme una camisola larga de mi madre, tomamos una cerveza, que no terminamos, pues al ver que tenía solo esa prenda, me la quito.
    
    Para sentarme sobre la mesa, elevando mis piernas, apoyándolas sobre su hombro, insertando ansiosamente su erecta verga, hasta quedar totalmente en mi interior, gritando, pero soportando esa impetuosa y sorpréndete penetración. Besándonos mientras eyaculaba en mi interior.
    
    Finalizamos la cerveza inconclusa, preguntándome:
    
    “Nunca lo habías hecho, ¿verdad?”
    
    “No, ...
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