1. El collar de mi sumisa (parte 1)


    Fecha: 12/06/2025, Categorías: Dominación / BDSM, Autor: Montes Federico, Fuente: CuentoRelatos

    ... intensa.
    
    - “Vas a ser mi putita”, le dije al oído “y yo te voy a hacer acabar muchas veces. Me vas a hacer caso. Si te doy chirlos y me pedís que pare o que te duele o me suplicas, voy a seguir. Tenés que acordarte de una sola palabra = chocolate. Choco es “hasta ahí, no más fuerte”, es un tope que vos pones. Si decís chocolate, se para todo, te desato, nos vestimos y charlamos. ¿Entendiste putita?”, le pregunté acompañando la pregunta con otro chirlo.
    
    - “Si, entendí”
    
    - Si, entendí, papi, o mi amo, o mi dueño”, y un nuevo chirlo.
    
    - “Si papi”, dijo con voz entrecortada. Todavía estaba entre querer y dudar. Aceptaba el juego para ver como zafar pero con una mezcla de estar disfrutándolo, sin querer hacerlo.
    
    - ¿Cuál es tu palabra de control?
    
    - “Chocolate”, dijo entre susurros.
    
    La solté del gancho, la acosté en la cama boca arriba y até las esposas al respaldo. Le levanté el vestido y empecé a besar desde su ombligo para abajo. Sabía que eso le encantaba. Todavía hizo algunos intentos de resistir, pero cada vez menos convincentes. Cuando llegué a su conchita, estaba empapada y poco tiempo de lamidas y masajearla por dentro con mi dedo, la llevó a un orgasmo intenso.
    
    Me acosté al lado de ella, la bese dulcemente mientras le sacaba el antifaz y las esposas y le dije:
    
    - “Ahora empezamos de nuevo. Sos libre de hacer lo que quieras. Podes irte o quedarte, nada te detiene. Pero si te quedas, aceptás ser mi putita y te garantizo orgasmos como éste. Si ...
    ... paseamos o salimos o vamos a reuniones, somos una pareja normal. Pero te voy a comprar un collar de cuero, muy cómodo. Cada vez que entres a esta casa, te lo ponés y pasas a ser enteramente mía. Sólo si te lo ponés. Siempre vas a tener vos el control, hasta que voluntariamente me lo cedas. Cuando lo hagas, te entregás a mi y sos mi esclava sexual. ¿Entendiste?”
    
    - “Sí”, dijo con voz de enorme vergüenza y deseo.
    
    - “Si ¿qué?”, le dije con un nuevo chirlo.
    
    - “Si, mi amo” susurró, mientras se levantaba
    
    . “Bien. La puerta está abierta. Andá al comedor. Tomá tus cosas y andate, si querés, nada te lo impide. Volvé a tu casa y no te llamo ni te molesto más”, le dije mientras me miraba, seria. “O, si preferías, andá a mi escritorio. Arriba de él hay una caja donde está el collar. Te lo colocas al cuello, te desnudas completa y te ponés lo que allí vas a encontrar : una tanguita, una pollerita a cuadros muy cortita, una camisa mía que no abrochas sino que atas por delate con un nudo suelto y unas medias tres cuartos. Y volvés acá. ¿entendiste?
    
    - “Si papi”, dijo sin ninguna expresión que me delate cual era su decisión.
    
    - “Vos elegís, siempre tenes el poder de elegir. Podes elegir volver a tu vida o volver a este cuarto como mi putita”, le reiteré mientras se vestía.
    
    Lentamente se acomodó la ropa, alisando la falda, emprolijando la camisa y la chaqueta, se calzó los zapatos, se colocó un aro que se había caído y tomó la cartera. Todo como para volver a su casa sin vestigios ...