Diario de Marieta, me follé a mi papa sin saberlo
Fecha: 15/06/2025,
Categorías:
Incesto
Autor: El insecto palo, Fuente: TodoRelatos
... en penumbras, había grandes sillones pegados a las paredes y música longue, muchos ya estaban follando, las mujeres sin decir nada, se acercaron a varios hombres y comenzaron a manosearlos, en ese momento supe que iba a follar todo lo que pudiera y más, pues mi coño se excitó nada más poner un pie allí.
Miles de hombres desnudos follaban, yo me quedé quiete. ¿Era acercarse a uno y follar sin más? No me atrevía a hacerlo.
Entonces alguien me tocó el culo, me volví, un hombre alto, algo grueso y calvo, me miraba a través de su máscara.
Era fornido, musculoso, miré su nardo, era grueso y lleno de venas, me sorprendió su tamaño, pues tan solo había probado las pollas de mis ligues, que no estaban mal pero tampoco bien, aquel pollón me hizo desearlo nada más verlo.
--¿Eres nueva?—me preguntó.
--Si—dije yo.
--Eres muy sexy.
--Y tú—dije yo sin saber muy bien que decir.
El no dijo nada más, cogió mi mano derecha y la llevó a su rabo, yo lo palpé, caliente, latía entre mis dedos, nada más sentirlo así, como un animal vivo, mi coño comenzó a mojarse por sí solo, entonces él llevó la mano hacia este y sentí sus dedos acariciando mi coñete, comencé a gemir, sintiendo sus dedos frotando mi vulva, con la otra mano comenzó a frótame mi pecho izquierdo, apretando el pezón y frotándolo.
--Que buena estás—dijo--¿Te gusta mi rabo?
--Me gusta mucho—dije yo casi sin poder pronunciar palabra—Que gordo es.
El dejó de tocarme y me atrajo de repente hacia ...
... él.
--Ven aquí—dijo—No aguanto más, voy a follarte.
Me abrazó con fuerza y me frotó el culo, yo sentí su cuerpo caliente, deseoso de penetrarme.
Me alzó con fuerza y yo me aferré a él con los brazos y las piernas, allí, de pie, me abrió el coño con sus dedos y yo busqué su polla con la mano, la puse dispuesta en mi coñete húmedo y él me dejó caer.
Ambos gritamos de placer como dos cerdos en celo. La polla entró en mi coñete casi obligándolo, pues jamás había entrado allí un nardo de ese tamaño.
--Ahaaaa—grité—Que gorda, joder, me rompes mi coño.
Pero él no se detuvo, sino que comenzó a moverme a la vez que se movía, sin duda sabía cómo follar a una mujercita inexperta como yo, yo me deshacía de dolor, pero me gustaba estar ahí y no hubiera querido estar en otro sitio, allí comenzó la mejor noche, sexualmente hablando, de mi vida.
Encima de aquel desconocido, comencé a gemir sin ninguna vergüenza, pues a nuestro alrededor también gemían y gritaban de placer, todas las mujeres eran folladas por los hombres como vulgares putas, yo incluida, y esa idea me excitaba, junto con aquella polla que me follaba sin parar, sin detenerse, llegando hasta el fondo de mi ser, mientras me penetraba tan salvajemente yo gritaba bajo mi máscara, el roce de su nardo con el interior de mi coñete me hacía tener orgasmos casi seguidos, mi coño chorreaba de gusto.
--Ahaaa, Ahaaa—gritaba yo.
Estaba casi desmayada de placer, el tipo gritaba mientras se penetraba, moviéndome con sus manos ...