Me acosté con mi suegra
Fecha: 25/06/2025,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Batimaniac, Fuente: CuentoRelatos
... lavar sus pequeñas tangas y dejarlas colgando en el baño. Por lo que yo las veía, y siendo el fetichista que soy, más de una vez disfrute de tocar sus tanguitas y dejarles un regalito.
Bueno, el nacimiento de nuestro primer hijo llegó, y como es la costumbre mi suegra llegó a ayudar.
El día del parto se tuvo que hacer cesárea, y eso implicó alargar su estadía en el hospital. Como estaba muy bien atendida, la enfermera me dijo que si prefería por la noche podría irme a casa pues mi esposa dormiría toda la noche.
Así que me regresé con mi suegra a casa. Al llegar al departamento, ambos dijimos de darnos un baño. Y mientras nos decidíamos, platicábamos sobre la vida. Pronto el tema llegó a hablar de sexo. Y con el tema, quejarme de que por el estado de mi esposa ya no teníamos sexo, por instrucción médica.
Ella me dijo:
-Imagino que estás que arañas las paredes, y ambos sonreímos.
Mi calentura me nubló el entendimiento. Y asentí con mi cabeza. Luego, ya cada uno por su lado, se bañó y cambió. Yo con unos boxers y camiseta, y ella igual pero en femenino pues sus boxers eran para mujer obviamente.
Mientras tomábamos un café, volvimos al tema sexual, y le dije que desde que me la presentó su hija, me había causado muy buena impresión. Ella me dijo:
-No, si ya estoy muy vieja. Me hubieras conocido cuando tuve a mi hija Mariel. En ese tiempo todos andaban loquitos por mi.
Yo le comenté:
-Pues los años no te hacen nada, creo que al contrario.
Ella se ...
... tiró a matar y me contestó:
-Pobrecito de ti. Mi hija te tiene a dieta, y mi obligación debería ser ayudarte. Pero mis años ya pesan.
Yo también me lancé con todo y le dije:
-No digas eso si estás muy joven y tienes todo muy bien puesto. Esto se lo decía mientras la tomaba de su cintura acercándome mas a ella.
Me contestó:
-¿Será? Si mi hija se entera no me lo perdonaría.
Yo le dije -pues yo no rajó. -Y me acerqué para besarla.
Ella me aceptó el beso y comenzamos un juego de lengua.
Mientras nos besábamos la apretaba más y más a mi, mientras discretamente con mi mano izquierda bajaba de la espalda hacia sus nalgas. Con la otra mano me iba deslizando poco a poco hacia el contorno de su seno derecho. Entre más nos besábamos, más nos restregábamos nuestros cuerpos. Ella dirigió su mano a mi erección, y comenzó a buscar mi verga que ya estaba dura. La acarició, y nos fuimos caminando hacia mi recámara.
Mientras cruzábamos la puerta, dudó un poco y dijo -qué poca madre. En vez de estar con mi hija, estoy aquí con su marido.
Yo le dije -ella duerme y tú sabes que para eso tiene la enfermera y además solo duerme, ya en un rato vamos a estar con ella. Hay que dejarla descansar.
En realidad solo habíamos ido a casa a refrescarnos un poco. Pero intuyo que esa tensión sexual entre mi suegra y yo solo estaba esperando un momento para aprovechar estar solos.
Nos desnudamos, comencé a mamar sus tetas, y luego me fui bajando a su monte, mientras ella me ...