1. Me acosté con mi suegra


    Fecha: 25/06/2025, Categorías: Infidelidad Autor: Batimaniac, Fuente: CuentoRelatos

    ... tocaba por todos lados tratando de sentir más de mi cuerpo.
    
    -Métela -me dijo. Y yo escalé de nuevo a sus pechos que me esperaban con los pezones durísimos.
    
    Me coloqué encima de ella, mientras le hacía a un lado su tanga. Por unos segundos la ansiedad que da de querer que todo dure por siempre, y a la vez la necesidad de consumar ese acto, envolvió a ambos en un silencio cómplice.
    
    Acerqué la punta de mi falo y lo fui empujando poco a poco, sobre esa panocha mojada y lista para ser atravesada. La penetré y por unos minutos el placer de la penetración, nuestra imagen de suegra y yerno desnudos, chocando nuestros cuerpos con pasión y lujuria, llenaba la habitación de erotismo y pecado. Ahora sabía porque mi esposa cogía tan rico. Mi suegra movía su cadera de manera increíble, mientras sentía que con cada enviste, su panocha me succionaba. No hubo más posiciones, no hubo más caricias de ella a mi. Solo mis manos recorriendo todo su cuerpo como intentando recordar cada curva, y cada pedazo de piel, con mis manos, mis ojos y mi cerebro.
    
    Pocas veces he tenido un sexo tan placentero y a la vez tan lleno de culpabilidad, pero admito que es el más delicioso. Por unos segundos nada importa. Solo el placer, el morbo, el saberse íntimamente ligados, cómplices, y también orgullosos de una conquista nueva.
    
    ¿Quién conquistó a quién? Eso nunca importó. Como supe después, simplemente era un antojo que no pudimos negarnos.
    
    En los instantes finales, su cara tuvo un rictus, ...
    ... indescifrable, entre éxtasis y dolor. Insondable como una Mona lisa. Solo un leve quejido que se alargó mientras apretaba sus músculos pélvicos y se quedaba quieta. Yo bajé un poco el ritmo, dándole tiempo a que disfrutara. Pero aunque más lento no dejaba de envestir con más fuerza, pues mi eyaculación era inminente.
    
    Ella rompió el silencio y me dijo -ven. Ven. Dame.
    
    Y con esas palabras comencé a venirme ruidosamente. Deseando ampliar mi placer y que todos escucharán que estaba teniendo el orgasmo de mi vida. Algo así no se puede ocultar. No lo quieres ocultar. Luego la paz, los pequeños remordimientos, las dudas que afloran tenues mientras sientes ganas de esconder tu cara por que intuyes que vendrán reproches.
    
    Pero nada. Solo silencio. Nos quedamos quietos un buen rato, y como sabiendo que ambos solo estábamos ahí por esa gran cogida, mi suegra me dijo:
    
    -Yo creo que ya mejor nos regresamos al hospital ¿no crees?
    
    -Sí. Contesté. Gracias!
    
    Ella se movió rápido de la cama y de salida de mi recámara, me dijo:
    
    -Esto no volverá a pasar. ¿De acuerdo?
    
    -No te preocupes. No ha pasado nada.
    
    Y comenzamos a movernos para arreglarnos y continuar con lo que deben hacer un esposo y una madre con la nueva mamá.
    
    De ahí, ya no volvió a pasar nada. Siguió visitando de vez en cuando, pero toda su atención era para el bebé. Nunca volvimos a hablar del asunto. Con el tiempo me divorcié, perdí el contacto hasta hace un par de años. Casi 25. De la nada, ella me llamó para ...