1. El cuarto prohibido de mamá - 06


    Fecha: 25/06/2025, Categorías: Incesto Autor: Barbara Lopez Rucci, Fuente: TodoRelatos

    ... sensualidad. Parecía un pijama nuevo, o quizá uno que jamás le había visto puesto. Uno negro, con un short holgado y una parte superior de tiras delgadas, que sostenían la prenda que cubría sus pechos y casi todo su vientre. El negro le sentaba bien, más que el blanco, y tanto como el rojo. De pronto, aun con sus lentes y su aburrido corte de cabello, parecía diez años más joven.
    
    Había cocinado carne pollo y papas. Nada que le gustase demasiado a Julián, pero últimamente no tenía demasiados deseos de quejarse. La cena había sido algo silenciosa, con la comunicación justa para ofrecer más comida, que se pasara la sal o que se sirviera el agua. Y cuando Beatriz pidió que su vaso fuese cargado por tercera vez, Julián recordó algo, por casualidad.
    
    —¿Tu nunca tomas alcohol, cierto?
    
    Beatriz bebió el agua y frunció los labios con la mirada puesta en el techo, como si tratase de hacer memoria.
    
    —Hace muchos años… no, el año pasado bebi un poco de champagne en la boda de Carmen.
    
    —Habrás sido el alma de la fiesta, ¿no?
    
    —¿Dices que soy aburrida? —preguntó ella.
    
    —¿Sabías como te decía… antes de…? —Julián se detuvo y pensó si debía decirlo, pero se convenció de que si—. Te llamabala monja.
    
    Por la risa repentina, el agua se escapó de los labios de Beatriz. Cayó sobre su pecho y se filtró directo al espacio entre sus senos.
    
    —¿Pero delante de quien decías eso? —preguntó sin parar de reír.
    
    —De mis amigos… —respondió Julián, y alcanzo a su madre una ...
    ... servilleta.
    
    Aun riendo, Beatriz se puso de pie para juntar la mesa, poner los platos en la bacha de la cocina y el pollo restante a enfriar antes de guardarlo en la heladera. Cuando ya toda la mesa estaba despejada, acercó dos vasos nuevos: algo anchos, con bordes apenas curvados hacia fuera, y pesados por el grueso de su cristal. Unos cuantos hielos fueron puestos en cada uno, y luego una botella fue colocada sobre la mesa. Era negra, con una etiqueta de encabezado rojo y letras doradas que formaban la palabra: “BAILEYS”.
    
    —Vamos a ver si soy tan aburrida —dijo Beatriz— anda, sírvelo
    
    —¿Pero que es? No sé si me gustara.
    
    —Ah bueno —se burló— el monaguillo le tiene miedo al alcohol?
    
    —¿Monaguillo?
    
    —Si, sirve monaguillo… es un licor irlandés que tiene whisky, crema y chocolate. Sirvelo con cuidado, no es barato…
    
    Julián no era muy aficionado a la bebida, solía ser bastante resistente a ella porque había aprendido a tomar despacio y controlarse, y se preguntaba si su madre sería igual. Como fue indicado, desenroscó la tapa y vertió el licor chocolatoso, suave y espeso en los vasos. Los hielos flotaron y, tras unos momentos, Beatriz se apresuró a beber.
    
    —Es muy rico —dijo ella, y se relamió los labios.
    
    Julián pasó de aquel gesto, e hizo lo mismo. Sintió que la bebida que tenía un dejo de aroma a vainilla, sorbió un poco, y descubrió que podía sentirse algo del whisky entre el sabor de la crema chocolatosa. Era dulce en la lengua, aunque la patada del alcohol se sentía al ...
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