Este verano 2 - Relatos Eróticos

Este verano 2

Después de pasar el día en Formentera, volvimos a Ibiza y Peter e Ingrid habían organizado ir a cenar a Dalt Vila y después asistir a una fiesta privada que habían organizado unos conocidos suyos. Comenté con Ingrid como vestirnos y su respuesta “estamos en Ibiza, dejemos llevarnos por su ambiente liberal”, así pues, a dejarse llevar pensé yo. A eso le añades mi pasión por ser provocativa, sexi y atrevida, una mezcla explosiva. Las dos debimos pensar igual, al salir ambas íbamos vestidas de los más provocativo posible, ella llevaba un vestido muy cortito, trasparente de tirantes con un inmenso escote que dejaba asomar y ver sus pechos casi con cualquier movimiento y se le transparentaba un pequeño tanga blanco. Yo me decidí por una cortísima mini falda y una blusa de malla donde se apreciaban perfectamente mis pechos y mis pezones y para añadir un puntito más, sin nada de ropa interior. Fuimos en taxi hasta la zona del puerto y caminando hasta el restaurante, notábamos las miradas descaradas, obscenas y de envidia, eso a mí me pone a mil, me encanta que me miren, ser objeto de deseo.

Retomo el relato yo, Juan: La verdad es que nuestras mujeres se habían vestido, por decir algo, de una forma impresionantemente provocativa, era imposible que pasaran desapercibidas, aunque lo que no se ve en Ibiza, no se ve en ningún lugar.

Peter y yo dejamos que las mujeres fueran delante, nosotros a unos metros las seguíamos y podíamos observar las miradas que recibían y escuchar los ...

... comentarios. La subida hasta el restaurante de Dalt Vila fue muy divertido y morboso, le decía a Peter que era un lujo tener mujeres como ellas. Subiendo la cuesta, desde atrás se les veía a ambas perfectamente las nalgas y como se metía la tira del tanga, más de un moscón iba tras ellas con cara de bobo. Que decir de los que se cruzaban con ellas, más de un tropezón provocaron la visión de los pechos de las 2 mujeres que se insinuaban o veían a través de sus vestidos. Llegamos a un conocido restaurante donde habíamos reservado con anterioridad y nos sentamos en la terraza, yo aproveché para ir al baño y a la vez observar nuestra mesa y la imagen de nuestras 2 mujeres, espectacular y provocativo, a cada uno de sus movimientos, alguna parte de sus cuerpos quedaba a la vista y ellas no hacían nada para evitarlo.

Iniciamos la cena y la velada iba transcurriendo más o menos normal hasta que nos dimos cuenta de que en una mesa cercana había un grupo peculiar. Una pareja de unos 70 años estaba acompañada de 2 chicas y 2 chicos de unos 30 años, todos ellos espectacularmente guapos y de unos cuerpos espectaculares, incluso la pareja mayor estaba super bien, la cirugía y los tratamientos hacen maravillas. De vez en cuando nos miraban, en especial la pareja mayor y hacían entre ellos comentarios, por ello nos miramos Peter y yo y sonreímos, les pedimos a nuestras mujeres que vayan al baño y se quiten los tangas y al regresar se exhiban un poco, en especial delante de ellos, os podéis ...