Este verano 2 - Relatos Eróticos

Este verano 2

... matrimonios que nos encanta el sexo, compartir y experimentar, exhibirnos y lo que hacemos lo hacemos porque nos gusta y disfrutamos, por nada más y llegar, llegamos donde queremos sin compromisos ni condiciones”. Duncan y Alice se miran, comenta algo y un “ok, perfecto, ya hemos roto el hielo, conozcámonos más y ya veremos”. Así empezó la noche y estuvimos hablando, conociéndonos y las mujeres no perdieron la oportunidad de seguir con su exhibicionismo, a lo que se sumaron las otras 3. Alice no tardo en mostrarnos que tampoco llevaba ropa interior, su falda subió descaradamente y se reclino en la butaca, abriendo las piernas pudimos ver su rasurado coño del que salía una pequeña cuerdecita, “suelo llevar unas bolas para darme placer, me encanta estar caliente y húmeda”. Duncan les dice a las 2 chicas que se levanten y se pongan delante de nosotros, “ya sabéis que hacer”, las 2 se, sin cortarse, se giran y se agachan, sus 2 culos quedan al descubierto, ambas llevan un plug metido, vaya culos tienen las 2, dan media vuelta y se van hacia un grupo de chicos que pasaban, en un momento quedan completamente rodeadas, entre el alcohol que llevan, la provocación y el ambiente, vemos las manos de los chicos acariciar esos culos y sus tetas, no escuchamos lo que dicen, pero antes de que se vayan hacia el baño reciben una buena sesión de manoseo en sus cuerpo, incluso se dejan dar algún morreo. Al regresar, Alice nos dice “queréis venir a nuestra casa, tomamos alguna copa más y nos ...

... bañamos, veréis nuestro escondite ibicenco, llamo al chofer y nos recoge”. Dicho y hecho, al poco nos recogió una furgoneta negra y al cabo de media hora estábamos en la entrada de un terreno en la zona de San Josep, una casa ultra moderna al borde de un pequeño acantilado por el que bajaba una escalera hasta una plataforma a nivel del mar con varias camas balinesas alumbradas por tenues luces, una pasada. Nuestras mujeres alucinaban, Alice toma la iniciativa y se desnuda completamente, “vamos, es hora de disfrutar de este maravilloso mar, además hay luna, venga a bañarse”. En un momento todos estábamos en el agua, disfrutando, María se coge a mi espalda y su mano recorre mi polla, que reacciona rápido “¿estas caliente?, porque yo estoy que ardo, quiero disfrutar”.

Soy María de nuevo: Juan os ha contado la cena y como conocimos a nuestros nuevos amigos, pero la verdad, no ha podido describir la reacción que me provoco la sesión de exhibicionismo que protagonizamos Ingrid y yo. Para mí fue brutal, desde la subida hacia el restaurante, mi sexo se humedeció y tuve que hacer esfuerzos para no acariciarlo en público, el sentirme observada y escuchar los comentarios me ponía a mil, cuando nuestros maridos nos enviaron al baño del restaurante a quitarnos los tangas, me pude desahogar en parte. Nada más entrar en él y sin casi cerrar la puerta, Ingrid se abalanza sobre mí y su boca se apodera de la mía, introduce su lengua y una de sus manos se apodera de mi húmeda vagina frotándola ...