Este verano 2 - Relatos Eróticos

Este verano 2

... imaginar el regreso. La mini falda de Maria había menguado y su culo se asomaba descaradamente e Ingrid no se había quedado corta, nunca mejor dicho, había subido tanto su corto vestido que sus nalgas asomaban casi al completo. Peter y yo nos miramos al ver la reacción de la mayoría de comensales, los repasos visuales y los comentarios nos hicieron sonreír, nos encanta exhibir a nuestras mujeres, para completar, las 2 se sentaron de lado y no dudaban en abrir las piernas cuando se sentían observadas por alguno de los innumerables transeúntes que pasaba por delante de la terraza Cuando ya casi terminábamos los postres, uno de los chicos jóvenes se acerca a nuestra mesa y en ingles nos dice que, si no nos importaba, los señores querían conocernos. Nos miramos los 4 y ¿por qué no?, dijimos casi al unísono, quedamos en 1 hora en una conocida terraza del puerto, nos esperaran ahí y que, por favor, terminemos la cena. Al poco, se levantan del restaurante, nos saludan y van dirección a la salida del Dalt Vila, nosotros terminamos los postres y comentamos la situación, vamos a ver que quieren, los vemos muy educados y con un alto nivel. No tardamos en terminar y vamos directamente hacia la terraza, la bajada hasta la zona del puerto fue otra vez un espectáculo de exhibición, nuestras mujeres no escatimaban un metro para provocar y dejar que la gente viera todas las partes de su cuerpo, a Ingrid se le salían las tetas cada 2 x 3 y no se esmeraba mucho en volver a meterlas en la tela ...

... de su vestido y la falda de María subía muy deprisa dejando ver su culo a todos los que caminaban detrás suyo, a la salida de Dalt Vila siempre suele haber músicos callejeros sentados en el suelo, Ingrid y María se acercaron y descaradamente dejaron visionar sus coños ya que se colocaron frente a ellos, sus ojos fueron directos a sus entre piernas y sus comentarios obscenos no hicieron más que aumentar el morbo de las 2.

Al poco llegamos a la terraza del puerto, vemos sentados a los 6 en una mesa con butacas en un extremo de la terraza, como si fuera un pequeño reservado, rápidamente se levantan y se presenta a lo que respondemos, pedimos unos gin-tonics y el señor (Duncan) nos explicó que él y su mujer Alice eran americanos y vivían en Miami Beach y al ver a nuestras mujeres, su forma de vestir, su exhibición durante la cena y nuestra complacencia, habían pensado que teníamos gustos similares. Nuestras reacciones dejaron claro que sabíamos a que se refería, pero fue aún más claro y directo, “nos gusta el sexo y compartirlo con gente como nosotros, no somos extremos, pero si viciosos. Os explico, estos 4 acompañantes, son todos modelos, alguna artista que hemos contratado para nuestra estancia en Ibiza, están a nuestra disposición y de la vuestra si estáis de acuerdo. Como comprenderéis, nuestra posición económica nos permite esto y mucho más, en este tema, no hay problema”. Peter y yo nos miramos, miramos a nuestras mujeres y fue Peter el que contesto, “nosotros somos 2 ...