Infiel y preñada - Relatos Eróticos

Infiel y preñada

... lengua y me separe, un hilito del viscoso liquido era lo único que nos unía, metí mi lengua a mi boca y comencé a degustar, asi dure unos instantes sin decir ni hacer nada, hasta que el me pregunto.

-te gusto??

No conteste nada solo saque de nuevo mi lengua y en movimientos circulares comencé a ensalivar su cabeza como si de una nieve de limón se tratara, luego me lo metí todo a la boca, lo saque y con mi lengua le pase por todo el palo hasta llegar a sus huevos peludos, su olor muy fuerte, tan penetrante que sentí como se apodero de mi sentido, era a sudor y orines muy rancio, cuando mi esposo huele así lo mando inmediatamente a lavárselo, pero lejos de molestarme con Rodolfo ese olor me volvía loca, me fascinaba, sentía que era el olor de un auténtico macho, se lo mame como dos minutos, chupándolo, besándolo, chaqueteándolo, odiaba chuparle el escroto a mi marido pues no me gusta la sensación de los pelos en mi boca y nariz, pero Rodolfo no me lo pidió, me lo ordeno y yo obediente le pase toda mi lengua por su voluminosa pelusera, mientras tanto él me jalaba los pezones y mi vagina escurría de lo mojada que ya la tenía. De verdad que yo estaba ya como poseída, en otro mundo en un mundo desconocido para mí, un mundo de perversión y salvajismo. En eso sonó su teléfono contesto y escuche que era su padre, mientras yo seguía haciéndole el oral sin inmutarme, le dijo que ya salía, se separó de mi para subirse los pantalones mientras a mí me escurría de todo por la ...

... barbilla, no sabía que hacer yo me tenía hincada a sus pies semidesnuda como si fuera su esclava, por una parte pensé que era lo mejor que ya se fuera, pero por otra quería que esa verga gorda me hiciera suya, se abrocho el pantalón y la camisa y me dijo:

-espérame voy a decirle a mi papa que se vaya y regreso. No te muevas Diana.

Yo no dije nada me quede hincada con las tetas de fuera, las nalgas al aire, solo con mi tanga, la boca y vagina muy húmedas, estaba excitadísima, caliente y seguramente Rodolfo me iba a coger en mi casa como a cualquiera de sus amantes, solo moví la cabeza como una perrita que le dice que si a su dueño.

Rodolfo se salió y yo estaba en shock no podía creer lo que pasaba, en ese momento en lo único que pensaba era en que el ex socio de mi marido regresara.

Tardo como diez minutos yo comenzaba a entrar en razón y también en desesperación….. de repente se abrió la puerta y mi cara de preocupación cambio por una expresión de agradecimiento y tranquilidad…

-ya regrese Diana, me tarde?

Con una sonrisa de nerviosismo y coquetería le conteste:

-un poquito

Yo ya estaba sentada en el sillón de la sala a escasos metros de Mauricio mi esposo, se sentó a lado mío y me intento besar nuevamente, la pausa me había dejado pensando, sentía que aún estaba a tiempo, correspondiendo los besos le dije que se fuera que no quería traicionar a Mauricio, que era lo mejor y el me respondió:

-hay mamita si ya lo traicionaste o que mamarle el pito a otro ...