Marcela mi vecina (VII): Stefy
Fecha: 08/07/2025,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: MartinyMarcela, Fuente: CuentoRelatos
Marcela acudió en auxilio de Stefy. La joven la esperaba en el shop de una estación de combustible. Al llegar la encontró con los ojos llorosos sentada en una mesa del rincón. Apenas la localizó con la vista la rubia fue a su encuentro y Stefy abrazándola rompió en llanto diciéndole –Amiga no pude.
Marcela furiosa no paraba de maldecir a ese tal Joel por haberla maltratado a su amiga, y cuando al fin pudieron serenarse hablaron.
–Tan grande la tiene? –simulando preocupación pero en verdad le carcomía la curiosidad, ya que si de pijas grandes se trataba eso era su fuerte.
–Si amiga, es una cosa de otro mundo la tiene enorme– sentenció Stefy un tanto alzando la voz por lo que Marcela le hizo seña para que hablase más bajo, ya que había otras personas en las mesas lindantes y algo habrán escuchado.
En el fondo y quitando su ira hacia el chico que quería sodomizar a Stefy debo decir que deseaba averiguar qué tan pijudo podría ser, ya que tanto Ignacio, su marido, como Juan José (el chico del gym con quién tuvo relaciones sexuales en casa de su amiga pero después decidió no verlo más) además de tener unos miembros enormes sabían utilizarlos, tenían demasiado aguante y la dejaban más que satisfecha.
Pero las cosas cambiarían su curso. Ya camino a casa en el auto Stefy le suplicó a Marce si podía quedarse a dormir con ella. La abordó por sorpresa a la rubia y ésta titubeando no le quedó otra alternativa que decirle que sí.
Si bien su marido no estaba y las cosas ...
... con la madre de la chica tampoco venían bien aceptó traerla a pernoctar a su departamento. Por las dudas ni se le ocurrió contarle que Adriana, su mamá, estuvo encamándose conmigo tal como ella lo sospechó. Iba a ser una catástrofe emocional para la chica que ya venía de una noche para el olvido.
Ya en el departamento, Marcela le ofreció un toallón y le dio ropa para que Stefy luego de una relajante ducha se sienta cómoda ya que compartirían cama.
Luego de que la chica saliera del baño hizo lo propio la dueña de casa.
Mientras enjabonaba su cuerpo pensaba y pensaba, se sentía algo incómoda por el hecho que en primer lugar una extraña dormiría en su casa y más precisamente en su cama, junto a ella. Debía compartir lecho con su joven vecina a quien apreciaba mucho pero apenas se estaban conociendo.
Marcela era chapada a la antigua, hija única, sus padres la tuvieron entrados en edad y se crio así a imagen y semejanza de ellos, sumamente estructurada y nunca les causó problema alguno. Fue primer promedio, abanderada y nerd, la tragalibros preferida de papá y mamá.
Y toda esa educación estricta que le propiciaron Estanislao y Dora, sus tan conservadores padres, le hacían ruido en la cabeza.
¿Qué dirían si supieran que iba a dormir con una mujer en su cama matrimonial?
Acostumbrada a dormir desnuda o solo en bombacha y alguna remera vieja esta vez optó por ponerse un pijama antes de irse a la cama. Tal vez por respeto pero más por vergüenza, no quería que Stefy ...